En el saludo de esta segunda carta a Timoteo por parte de Pablo el primer consejo que recibe Timoteo, es avivar el fuego del don de Dios que le fue dado. Con esto se refiere a no dejarlo menguar (APAGAR) en lo más mínimo con el peligro de que un balde de agua fría pueda llegar a apagarlo completamente.
Con esta pequeña porción Dios nos quiere invitar hoy a evaluar cómo
estamos usando nuestro don, que tanto me estoy entrenando en el para hacerlo
cada día mejor, que tanto lo estoy poniendo al servicio de la obra de Dios.
Tal vez si tu don es en la alabanza, ¿te esfuerzas por mejorar cada día
con tu voz, en la guitarra, batería, bajo, etc.? O si tu don es el de servir
¿cada vez te interesas más por hacer mejor como si fuera para el mismo Señor
Jesucristo? Si es en la enseñanza ¿te preparas bien para hacerlo? Hay muchas
otras áreas para que medites, estas son solo ejemplos.
Dios nos pide meditar en esto porque a veces pensamos que ya lo hacemos
bien y dejamos a un lado el hacerlo mejor. Entendamos que ese don es un regalo
y un regalo que debemos usar cada día mejor para darle la gloria a Dios.
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