sábado, 23 de febrero de 2013

¿CUÁL ES TU POSESIÓN MÁS PRECIADA?


La predica sobre las finanzas que tuvimos hace unos domingos donde nos enseñaron específicamente sobre el tema del endeudamiento a la luz de la Biblia me confirmó que el materialismo y la obsesión por las riquezas lleva a las personas incluyendo a las cristianas a endeudarnos hasta alcanzar límites perjudiciales.

Nos encontramos en una era de consumismo desenfrenado donde compramos cosas por el simple hecho de tenerlas perdiendo el enfoque que Dios nos da sobre las posesiones materiales.

En el Evangelio de Lucas capítulo 12, versículos 16 al 20 encontramos la parábola del hombre rico y su heredad que producía a un nivel que desbordaba su propia capacidad de producción sin embargo este hombre rico tenía toda su fe puesta en los bienes terrenales y no se preocupaba por su espiritualidad dando por sentado que todos sus problemas estaban resueltos gracias a su gran riqueza, la conclusión de dicha historia la encontramos en el versículo 21 donde Jesús compara a quien atesora sin tener en cuenta a Dios con un necio y dictamina un desenlace adverso.

Hoy me hice estas preguntas  y me motive a contestarlas con toda honestidad:

¿Cuál es mi posesión más preciada?

¿Se vería afectada mi naturaleza humana si esa posesión desapareciera de repente?

¿La pérdida de esa posesión afectaría mi vida espiritual?

Finalmente recordé el caso de alguien muy diferente al hombre descrito en el Evangelio de Lucas y es el de Job quien también era un individuo muy rico que fue despojado de un día para otro de toda y cada una de las cosas materiales que tenía, de su salud y de la herencia más preciada que eran sus hijos y aun así continúo andando con Dios.

Jóvenes no debemos temer a perder ninguna posesión Dios nos promete que suplirá nuestras necesidades y de seguro reemplazará lo que hayamos perdido. 

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