Algunos
problemas interrumpieron mi relación con el Señor e hicieron que el servicio a
Él estuviera ensombrecido; en una reflexión muy sincera quiero decirles que nuestra
comunión con Dios debe ser la verdadera causa de nuestra paz y gozo, en todos y
cada uno de los aspectos de nuestras vidas; hace unos días sentí temor,
angustia y cierta decepción por un obstáculo que puede impedir el cumplimiento
de un logro muy anhelado en mi desempeño profesional; medité sobre el plan de
Dios para cada uno de los cristianos y la conclusión es la de relacionarnos
verdaderamente con Él y dedicar nuestras vidas a servirle y no batallar inútilmente
en nuestras propias fuerzas contra el mundo y el pecado.
En
I de Juan 1:3-7, Dios nos muestra que nuestra comunión debe ser con Él y con nuestros
hermanos andando en la luz de una manera ininterrumpida trabajando para la obra.
A
veces perdemos el enfoque de nuestra vida cristiana, no andamos con el Señor ni
con nuestros hermanos en la fe, menguamos en el servicio a Él y de seguro la
paz y el gozo son reemplazados por malos sentimientos, el afán del mundo y la
comisión de conductas que desagradan a Dios.
Les
invito a jamás interrumpir la comunión con nuestro Creador y si lo hemos hecho a
que en el menor tiempo posible la recuperemos. A Dios le agrada nuestro
servicio para su obra que es completamente compatible con nuestras propias vidas,
todos sin excepción tenemos un don que debemos descubrir, compaginar y
desarrollar con el propósito que Él tiene para cada uno de nosotros. Si hacemos
un listado de los intereses, talentos o habilidades que tengamos, de seguro va
a aparecer alguno que el Señor querrá que ejercitemos de modo especial para
servirle aprovechando las oportunidades de hacerlo en los diferentes
ministerios de la iglesia, alguno de nuestros maestros, líderes de ministerio o
pastores, luego de que le manifestemos la intención de servir lo tendrá en
cuenta y nos ayudará a hacerlo.
Uno
nunca se equivoca cuando se relaciona con Dios y le sirve, debemos hacerlo cada
día permaneciendo en su palabra y orando; así como descubriendo y practicando ese
talento a través de ejercicio de la capacidad que Él nos dio para la obra y la paz
y el gozo volverán y el mundo y el pecado no nos preocuparán.
1 comentario:
Gracias a Dios por este testimonio.
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