EL
DECRETO DE CIRO DE PERSIA
En II de Crónicas 36:22-23
podemos encontrar la decisión de Ciro rey del Imperio Persia (actualmente
Irán), mediante el cual permitió el retorno a Jerusalén de los judíos que se
encontraban cautivos en Babilonia así: “Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se
cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo
pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová,
el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha
encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre
vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios sea con él, y suba.” Una
decisión política derivada de la voluntad y expresión manifiesta del poder de
nuestro Señor.
La orden del
rey Ciro se cumplió como quedó descrito en Esdras 1:5-11: “Entonces se levantaron los jefes de las casas
paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo
espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en
Jerusalén. Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con
plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que
se ofreció voluntariamente. Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de
Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la
casa de sus dioses. Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates
tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá. Y esta es la
cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve
cuchillos, treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y
otros mil utensilios. Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil
cuatrocientos. Todos los hizo llevar
Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.”.
Dios demuestra
su inmenso poder soberano usando a este rey para cumplir su santo propósito,
miremos lo que nos dice al respecto Isaías 44:24-28: “Así dice Jehová, tu Redentor, que te
formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los
cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago las señales de los
adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y
desvanezco su sabiduría. Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple
el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las
ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las
profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al
decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.”
Miremos otros
ejemplos del poder de Dios consignados en la Biblia.
II
de Reyes 19:28
“Por cuanto te
has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno
en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.”
Job
12:19
“El lleva despojados a los príncipes,
Y trastorna a los poderosos.”
Proverbios
21:1
“Como los
repartimientos de las aguas,
Así está el corazón del rey en la mano de Jehová;
A todo lo que quiere lo inclina.”
Jóvenes, la soberanía de
Dios es infinita y sus acciones se demuestran a través de la historia humana, sumerjámonos
cada día más en su hermosa palabra, conozcamos más su voluntad perfecta y
seamos instrumentos útiles para el avance de su reino.
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