sábado, 9 de agosto de 2014

MENOSPRECIAR TU CONDICIÓN



En Génesis 25:31-34, Dios nos describe la consumación de la venta de la progenitura de Esaú a Jacob así:

“Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.”.

Esaú fue privilegiado al obtener la primogenitura en su nacimiento, una condición que le garantizaba beneficios de todo orden.

Esaú hizo un juicio de valor meramente terrenal, considero importante únicamente su paso temporal por este planeta y expresó que no tenía en cuenta las condiciones de sus actos después de la muerte.

Sin embargo, en los tiempos y acciones de Dios Jacob se convierte en Israel su pueblo escogido para glorificarse antes de la llegada de nuestro Salvador Jesucristo.

Miremos algunos versículos sobre el menosprecio que podríamos tener sobre los asuntos divinos así:

Proverbios 1:30
“Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía,”

Mateo 7:6
“No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.”

Hechos 13:41
“Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contare.

Romanos 2:4
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”

II de Timoteo 3:1-5
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”


Jóvenes, así como actuó Esaú podemos llegar a menospreciar a Dios, su salvación y nuestra condición de cristianos para él su primogenitura era menos importante que un plato de lentejas y realizó el intercambio sin pensar en sus consecuencias, muchas veces pueden presentarse estas posibilidades de intercambio, busquemos el consejo de Dios y actuemos acorde a nuestra posición de hijos de Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias