martes, 3 de junio de 2014

VIVIR COMO UN HOMBRE NUEVO

Hay una frase muy importante que he estado aprendiendo los últimos meses en cuanto a la biblia y es que no toda la biblia está dirigida a mi (tres grupos de personas), pero toda la biblia está escrita para mi enseñanza, y pasando por el libro de Números esta frase cobra mucha fuerza en lo que sucedió con el pueblo de Israel y es lo que quiero que reflexionemos y vivamos.

En Números 27 del 12 al 23 podemos encontrar tres sucesores nuevos porque los los primeros fallaron:

Uno es Josué un cuadro perfecto de nuestro Señor Jesucristo, sucesor de Moisés; otro es el sacerdote Eleazar, sucesor de su padre Aarón y el ultimo son los hijos de los que pasaron el mar rojo y vieron todas las maravillas de Dios.

Algo en común que tenían todos estos personajes es que unos murieron por desobedecer a Dios, por ser rebeldes a sus mandamientos, por no confiar en sus promesas y en los otros se cumplirían todas las promesas de Dios y algo más importante aún y es que todo era nuevo y es mi punto en esta entrada, un nuevo sacerdote, un nuevo líder para la nación que los introduciría a la tierra prometida por Dios y un nuevo pueblo.

Esto me llevó a meditar en mi propia vida y pensar en lo que Dios siempre ha querido y es que viva conforme al nuevo hombre que está en mi. Dios por su voluntad  y si permanecemos en Cristo nos permite vivir como nuevas criaturas en donde las cosas viejas (la desobediencia, el pecado, la falta de Dios) ya pasaron y como el pueblo de Israel debe morir y así poder vivir conforme al nuevo hombre, libre, que hace la voluntad de Dios, confía en sus promesas y vive para para aquel que lo salvó.

Los afanes de esta vida nos hacen perder la imagen del nuevo hombre que es Jesús en nuestras vidas, la falta de fe, por esto la frase con la que empezamos cobra fuerza, la palabra de Dios hoy quiere mostrarnos, hoy quiere motivarnos que debemos vivir como un hombre nuevo, permitir que Jesús viva su vida en nosotros, que forme en nosotros su carácter y vivir esa vida abundante que él nos promete.

Un abrazo.

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