miércoles, 19 de marzo de 2014

PARA QUE NO TE APARTES Y LE INVOQUES...



Salmos 80:17-18 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. Así no nos apartaremos de ti; vida nos darás, e invocaremos tu nombre.

Jesús es el varón que se sentó a la diestra del Padre, es el Rey de Reyes, su trono afirmado para siempre, todo el poder, el honor y la gloria le pertenecen, Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación, en Él fueron creadas todas las cosas, todas las cosas en Él subsisten, es la cabeza de la iglesia y podríamos seguir mencionando más y más características del hijo de Dios.
Algo que me llama la atención es que el Salmista profetiza que cuando la mano del Padre sea sobre el varón de su diestra o más bien el salmista desea que la mano de Dios se manifieste sobre el hijo de hombre, porque de esta forma podemos estar cerca de Dios, tendremos vida y la oportunidad de invocar el nombre de Dios.
Wow…..Jesús El hijo de Dios quien cargo en su cuerpo todo nuestro pecado, recibió todo el castigo que merecíamos, Jesús cuyo trono es FIRME e inconmovible es  el que permite que yo, un simple pecador pueda llegar al trono de gracia para invocar el nombre de Dios y tener la esperanza de la vida eterna.
La aplicación práctica de la entrada de hoy es muy sencilla: La mano de Dios fue sobre su hijo Jesús para salvación y bendición de la raza caída. Las preguntas que nos haríamos serían
1.      ¿Por qué te apartas de Dios? Jesús lo hizo todo para que no nos apartáramos del Padre
2.       ¿Tienes vida? Podemos pensar en la vida eterna y también en la vida abundante que se encuentra en hacer la voluntad de Dios. Nuevamente ¿Tienes vida?
3.      ¿Invocas el nombre de Dios? Jesús dio su vida para que tú y yo pudiéramos llegar al Padre en oración, para que pudiéramos alabarle y buscar su ayuda. ¿Lo haces?
Nunca olvides lo que Jesús hizo por ti, ahora tienes su compañía, la vida y el acceso directo.

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