Uno de los pasajes del Antiguo Testamento más impactantes es el cruce del mar rojo, algo aparentemente imposible para la mente humana, pero ES DIOS quien lo hizo, y para ÉL no hay imposibles. Te invito a que leas o recuerdes este pasaje en Éxodo 14:10-31 y que medites en él y veas la gran aplicación que tiene para tu vida.
No debemos amedrentarnos ante ninguna situación por difícil que parezca, si estamos haciendo lo que Dios nos dice, no debemos tener miedo de ninguna manera, simplemente debemos confiar en Dios y en sus promesas y ÉL nos dará la salida de la manera que tal vez menos esperábamos. Dios siempre nos sorprende.
…Y he aquí yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo… Mateo 28:20
Las situaciones que se avecinan parecen difíciles, el trabajo en el mundo es arduo y el trabajo en la Obra tiene muchos opositores y hay muchas cosas por hacer, pero en todos los casos la promesa de Dios es muy grande : EL peleará por nosotros, y nosotros estaremos tranquilos. Nuestro deber es no estar afanosos, ni atacarnos entre nosotros, trabajando con la misma mente y ayudándonos unos a otros, entregando todas nuestras cargas a Dios, para que sea ÉL quien pelee la buena batalla por nosotros. Es necesario callar, ser sabios en cada situación y saber descansar en nuestro Amado Padre que nos da todas las armas para ganar.
Nuestra fe no puede desfallecer, tenemos todas las promesas de victoria de parte de Dios, y es nuestro deber obedecerle y seguir adelante con los ojos puestos en Jesús, buscando siempre la llenura del Espíritu Santo para Santificarnos, para llenarnos de la sabiduría de Dios y para hacer frente al enemigo, sean cuales sean las circunstancias. Dios es nuestro capitán, hemos recibido sus órdenes de una manera muy clara y no debemos acobardarnos, porque sabemos que en ÉL tendremos la victoria. Él y solo ÉL será el encargado de vencer y destruir al enemigo. Nuestro deber es ser un solo equipo y avanzar tomado de su mano con plena confianza y en plena certidumbre de fe. Dios se glorificará derrotando a nuestros opositores. Las promesas de Dios son fieles y verdaderas, no podemos dar paso atrás ni dudar de lo que ÉL nos diga.
Tenemos el pan del cielo, la Palabra de Dios, la cual nos separa del mundo perdido y nos protege contra cualquier ataque del enemigo, en ella debemos depositar nuestra confianza y no soltarla nunca, ya que es nuestra espada para librar la batalla contra el mal. Si Dios fue capaz de abrir el mar y a través de ÉL dar la salida a su pueblo contra el enemigo, al cual destruyó de la manera menos pensada, ¿ Qué no podrá hacer por nosotros ?. Yo y mi casa serviremos al Señor, pase lo que pase, quédese quien se quedare, nosotros, mi esposa e hijos no daremos un paso atrás, confiamos en las promesas de Dios y NO vamos a desfallecer. Confiamos plenamente en que el Señor abrirá el camino y que habrá victoria y Colombia para Cristo será una realidad.
Debemos depositar TODA la confianza en Dios y NO desfallecer ante nada, por difícil que nos parezca la situación que vivamos, debemos confiar en que Dios no nos desamparará, ni nos dejará. No debemos dejarnos endulzar el oído de los débiles y seguir adelante, sean cuales sean las circunstancias, así sea con muchos o con pocos
No hay comentarios:
Publicar un comentario