En esta entrada del blog quiero exaltar al principe de los pastores y es nuestro Señor y salvador Jesucristo, pero también a mis pastores de la Biblia Dice.
En el capítulo 34 de Ezequiel, este siervo del Señor profetiza contra los pastores de Israel y dice el verso 2 y 3: "Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?
3. Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas."
Este pasaje me llevó a pensar en mis pastores que por el contrario del pasaje no estan para apacentarse así mismos sino más bien se desvelan, sufren, oran, velan, lloran y hacen hasta lo imposible por el bienestar de sus ovejas, solo Dios sabe la importancia de esta tarea y para ellos aveces poco agradecida por críticas, por ataques del enemigo y solo pienso que el mayor consuelo para ellos es que pronto regresará el principe de los pastores y les recompensará por esta gran labor con la corona que él tiene específicamente para ellos.
Y termino exaltando al principe de los pastores, versos 22-24 : "Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja.
23. Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.
24. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado."
Esta es nuestra esperanza que pronto regresará nuestro salvador, nuestro redentor, nuestro Pastor y esto nos debe llenar de gozo, esto debe ser para nosotros un rotundo "Si, ven, Señor Jesús". Jesús, nuestro amado Señor es nuestro buen Pastor y hacemos bien en conocer su voz día a día para no atender a voces desconocidas que nos quieren descarriar, el buen Pastor da su vida por sus ovejas y sus ovejas oyen su voz.
Que gozo tener los pastores que tenemos, que siguen a Cristo en medio de una generación maligna y perversa los cuales se apacientan así mismos; y mas gozo aún el que me da el principe de los pastores, a él sea gloria por siempre y solo a él debemos rendir nuestras vidas.
Un abrazo.
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