Que buena semana la que acabamos de vivir en la iglesia. La verdad creo que Terry de una manera muy sencilla nos animo y exhorto a todos a apasionarnos un poco más por las almas de los hombres. Sin embargo hoy yo quiero exhortarlos a que ese desafío sea una realidad y no una emoción, por que los seres humanos por naturaleza somos emocionales, y generalmente cuando actuamos dominados por nuestras emociones, somos inconstantes. Bien claro lo dice (Santiago 1:8) “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Ese doble animo, tiene que ver directamente con las emociones. Un hombre de doble ánimo es aquel cuyas emociones están cambiando constantemente, y por eso es inconstante. Esta es la razón por la que el hombre no termina la mitad de las cosas que comienza.
Ahora, la relación con Dios no esta basada en emociones. Esta basada en hechos reales en donde su presencia es completamente evidente. Por esta razón el ánimo que nos ha dejado esta semana evangelistica debe ser una realidad y no una emoción. Tal vez esta semana te haya servido para renovar muchos pactos con Dios, ojala que sean una realidad. Tal vez tienes en tu cabeza mucha gente a la cual compartirle el evangelio, que sea una realidad. Tal vez sientes el deseo de seguir o de empezar a servirle con todo tu corazón a Dios, que sea una realidad. Probablemente ahora como nunca antes sientes el deseo de ser santo para Dios, que sea una realidad.
Solo cuando hacemos de nuestra relación con Dios una realidad y no una emoción, nuestra vida experimenta cambios sobrenaturales y la mano de Dios comienza a manifestarse de una manera tremenda es nuestras vidas. Las emociones pasan, pero Dios y su palabra son eternos.
(1 Corintios 15:58) “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
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