lunes, 15 de marzo de 2010

SOBRIEDAD, PUDOR Y MODESTIA

Hace unos días estaba hablando con unas compañeras de trabajo. Y en un momento empezaron a mostrarse joyas que habían comprado, algunas de ellas de oro. De repente una de ellas, que es creyente, dijo que a ella le gustaría ponerse cosas de oro, pero que no lo hacia, por que la Biblia decía que era pecado. La verdad quede sorprendido con el comentario y días después tuve la oportunidad de aclararle algunas cosas sobre el tema, que hoy les quiero compartir.

La mayoría de iglesias que predican cosas tan absurdas como esas, se basan en (1 Pedro 3:3-5) “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”.

Si se escudriña con detalle este pasaje, el fundamento doctrinal no esta en no usar peinados ostentosos, adornos de oro, o vestidos lujosos. Lo que Dios nos quiere decir por medio de este pasaje es que el arreglo exterior de poco importa, lo realmente importante es cuidar y adornar nuestro interior, es decir nuestro corazón, para que sea un corazón alineado con el de Dios.

Sin embargo de este pasaje también podemos tomar como aplicación el ser sobrios en nuestro arreglo personal. Ahora el pasaje habla a las mujeres directamente por que ellas utilizan más accesorios en su arreglo personal que nosotros los hombres. Hay un pasaje que nos da más claridad sobre el tema. (1 Timoteo 2:9-10) “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”.

En este pasaje hay dos palabras claves: pudor y modestia. De esa forma quiere Dios que este nuestro exterior, adornado con pudor y modestia. No importa el peinado, el vestido, el material de los adornos, siempre y cuando sea con pudor y modestia.

Quiero plantear dos desafíos para hoy. Primero, revisemos como estamos adornando nuestro exterior y si hay cosas que no ajustan a la sobriedad, pudor y modestia que Dios quiere que lo cambiemos. Y segundo y más importante a que revisemos como esta adornado nuestro corazón y si no esta adornado con buenas obras conforme al corazón de Dios, que tomemos desde hoy acciones correctivas.


Un abrazo………

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