Continuando con la lectura del Deuteronomio, en la primera
parte del capítulo cuarto Dios nos muestra una exhortación que Moisés hizo al
pueblo de Israel respecto de su Sagrada Palabra y terminó con una hermosa
conclusión, detengámonos en Deuteronomio 4:7-8: “Porque ¿qué nación
grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? ¿qué
nación grande hay que tenga estatutos y
juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?”
Israel era una nación privilegiada que gozaba de la cercanía
del Señor, elevaba peticiones que eran resueltas por el Creador y tenía en sus
manos la Palabra escrita de Dios.
Las bondades de la
Palabra de Dios
Moisés señaló a su pueblo las buenas consecuencias de la
Palabra de Dios como se establece en Deuteronomio 4:1: “Ahora, pues, oh
Israel, oye los estatutos y decretos que
yo os enseño, para que los
ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de
vuestros padres os da.” La invitación era a percibir las indicaciones divinas
con el objetivo de ponerlas en práctica con la indefectible consecuencia de
tener vida y gozar del bienestar que el Señor promete.
El respeto por la Palabra
de Dios
Moisés estableció lo sagrado de la Palabra de Dios en Deuteronomio
4:2: “No añadiréis a la palabra que
yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de
Jehová vuestro Dios que yo os ordene.”, condición que es corroborada en Proverbios
30:6: “No añadas a sus palabras,
para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.” y Apocalipsis 22:19:
“Y si alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la
santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”, aquí la
consecuencia de alterar su sagrada Palabra es adversa y consiste en la
privación de la vida.
Los designios de Dios
deben cumplirse para dar testimonio al mundo
Deuteronomio 4:5-6 determina lo siguiente: “Mirad,
yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual
entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra;
porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos,
los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y
entendido, nación grande es esta.”, no solo cumplir la voluntad de Dios sino
testificar al mundo la grandeza de Él.
Jóvenes, hoy podemos concluir esta entrada con la mismas
preguntas:
¿Quién tiene
dioses tan cercanos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?
¿Quién
tiene una palabra como la Palabra de Dios?
Así como Israel somos un pueblo privilegiado que gozaba de
la cercanía de Dios, podemos orarle y obtener respuestas y tenemos en nuestras
manos su Palabra escrita; Él estará tan cercano a nosotros de acuerdo a la
calidad de nuestra lectura de la Biblia, nuestra oración y el servicio en el
ministerio, su Palabra es buena y debemos respetarla y testificar al mundo de
la grandeza de nuestro Creador y la maravillosa obra de nuestro Señor
Jesucristo.
1 comentario:
=)
Publicar un comentario