Muchas veces somos
flojos y nos quejamos por las pruebas que Dios pone y por las circunstancias
difíciles que se dan en nuestras vidas con la aprobación de Dios. Debemos
entender que si vienen de Dios, es porque son necesarias y debemos recibirlas
entendiendo que son para nuestro bien, para nuestra santificación, Dios NO se
equivoca. Tenemos un muy buen ejemplo en la vida de Pablo. Veamos:
7Y para que la
grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un
aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me
enaltezca sobremanera; 8respecto a lo cual tres veces he rogado al
Señor, que lo quite de mí. 9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque
mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré
más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas,
en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte. 2 Corintios
12:7-10
Si Dios permite
pruebas difíciles en nuestras vidas es con un propósito, ÉL sabe perfectamente
porque necesitamos a veces disciplina en nuestra vidas, a fin de alinearnos con
ÉL, con sus pensamientos, con sus mandamientos.
Y esa disciplina o
corrección o como la queramos llamar puede manifestarse de muchas maneras:
Enfermedades, persecuciones, estrechez económica, etc…Yo pienso que si todo
fuera color de rosa, fácilmente nos enfriaríamos y nuestro compromiso con Dios
y la Obra no sería igual, lamentablemente esa es la condición del ser humano,
dado a la carne más que al Espíritu. Pero, gracias a Dios que está a nuestro
lado, y nos enseña, nos redarguye, nos ayuda y nos lleva a la perfección a
través de la misma tribulación. Dios es muy bondadoso y misericordioso, nos ama
y Él nos da la fortaleza para seguir adelante, sea cual sea la situación.
Si Pablo, habiendo
estado en el paraíso, habiendo sido discipulado directamente por Dios, tuvo que
pasar los momentos tan difíciles que tuvo que pasar, ¿quién soy yo para que
vaya a ser la excepción?... Debemos gozarnos por todo lo que pasa en nuestras
vidas, entendiendo que es la MANO de Dios actuando día a día en nuestro proceso
de santificación progresiva.
Algunas enseñanzas que podemos extraer de este
corto pasaje:
ü
No gloriarnos por
nada, no somos más que barro en manos del Alfarero.
ü
Gozarnos en
cada momento que vivamos, sea fácil o sea difícil
ü
Confiar
plenamente en la ayuda de Dios y en que ÉL no nos abandonará jamás.
ü
Entender que
en cada circunstancia de mi vida está Dios presente y con un propósito divino.
Dios nos enseña
muchas cosas por medio del aguijón en la carne, las PRUEBAS, la DEPENDENCIA de
Dios. Tenemos un Dios SABIO que conoce perfectamente el PORQUÉ permite cada
circunstancia que vivamos a fin de llevarnos a la perfección.
Me impacta ver
que por más que ROGUEMOS a Dios por aliviar ciertas circunstancias
desfavorables, si ÉL no responde es porque no quiere que nos desenfoquemos.
Debemos vivir esta enseñanza aceptando
sabiamente cada circunstancia de nuestra vida, entendiendo que DIOS tiene un
PLAN muy bien diseñado para cada uno de nosotros, para nuestra familia, para
nuestra Iglesia y que ese PLAN es PERFECTO y que por tanto nada saco con
desesperarme tratando de cambiar cosas que yo no puedo cambiar.
A propósito…¿ Cómo te va con tu
aguijón ?
2 comentarios:
Gracias, me motiva mucho
Que buen ejemplo :)
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