Es común
en nuestros tiempos actuales escuchar en noticias y también en conversaciones
diarias, el alcance macabro que ha alcanzado el soborno y la corrupción y
aunque parece indignante que en todos los niveles de la sociedad haya intereses
sucios casi siempre de por medio, es más indignante que ya a la mayoría ni nos
indigna, casi que es normal, es decir, es predecible que si hay alguien quiere
obtener un contrato, un favor, “justicia”, o un trato mejor, debe pagar para adquirirlo.
El
trabajo, el mérito y la honorabilidad son para muchos, artículos viejos
empolvados en algún closet que ya no necesitan.
Por
supuesto como creyentes, esto no debe ser normal, Dios espera de nosotros que
actuemos con transparencia y rectitud ante El y ante los hombres.
“Porque
en otro tiempo eráis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor, andad como
hijos de luz” Efesios 5:8
En el
Antiguo Testamento se habla en el libro de Números de un profeta controversial
llamado Balaam, el en realidad quería también negociar a cambio de decirle a
quien le contratara la “voluntad de Dios” pues tenía fama de que así era (Números
22:6), pero en realidad no era un profeta de Dios.
Sin
embargo, al principio del capítulo 22 de Números Balaam tuvo un buen arranque
con Dios, escuchó su voz y no estaba
dispuesto a maldecir al pueblo de Israel pues eso era lo que quería escuchar
Balac quien lo estaba contratando para que lo hiciera. Pero Balaam no cedió,
antes bien contestó:
“Volvió
Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de
Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; porque
sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora,
maldíceme a este pueblo. Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese
su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios
para hacer cosa chica ni grande”.
Esta
disposición me dio un ejemplo muy grande que en realidad no importa lo que el
mundo me ofrezca, si Dios me ha guiado hacia otro lado, debo apartarme de
cualquier riqueza aparente para seguir el propósito de Dios para mi vida y te
animo a hacer lo mismo, pues vale la pena, Dios quiere darnos riquezas
superiores a las temporales y quiere que no nos dejemos sobornar, es decir que
cambiemos nuestra fe y compromiso con El por el oro y la plata del mismo
enemigo de Dios.
Así que
asegurémonos de estar atentos a lo que Dios nos dice, para no traspasar Su Palabra para hacer cosa chica
ni grande, porque no significa que cualquier cosa material sea antibíblica,
sino que Dios tiene la capacidad de guiarnos con claridad a hacer Su voluntad
en las pequeñas y grandes decisiones cuando le consultamos de corazón y mente a
través del Espíritu Santo en oración. Créelo!!!
Ahora…. A
Balaam no le duró mucho el impulso, y la embarra convirtiéndose a la postre en
un ejemplo para los falsos maestros, es incluso un poco chistoso como empezó a
declinar su firmeza dejándose seducir de las ofertas tentadoras de Balac, pues
después de haber sido tan rotundo su no, vuelve a hablar y dice:
“Os ruego
, por tanto ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa, que me
vuelve a decir Jehová” Números 22:19
(… El creyó
que a lo mejor Dios se había equivocado jeje..)
Que no
nos pase a nosotros!!! No recibamos sobornos hoy ni nunca!!!
2 comentarios:
Que bonita y práctica enseñanza. Gracias :)
A veces somos "minibalaames"
...en muchas ocasiones, repetimos nuncaa haría, nuunnca nuncaa.
...ni por el oro y la plata de todo el mundo y cuando llega la hora de la verdad :/
Super el mensaje :)
Que nuestro NO sea de corazón y no de boca como Balaam.
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