Génesis 7:21-23, nos enseña: “Y murió
toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de
bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento
de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que
vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles,
y las aves del cielo; y fueron raídos de
la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.”
Hace una semana hablaba
sobre la incredulidad de Adán y Eva respecto de las consecuencias de la
desobediencia a Dios, Génesis 5:5, confirma el destino de Adán: “Y
fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.”
La descendencia de Adán y
Eva que pobló el planeta se constituyó en una población mundial caracterizada
por el mal, Génesis 6:5 nos enseña: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.”, lo
anterior es corroborado en Génesis 6:11-12: “Y se corrompió la tierra
delante de Dios, y estaba la tierra
llena de violencia. Y miró Dios la
tierra, y he aquí que estaba
corrompida; porque toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra.”
El diluvio universal es
el ejemplo más grande que tenemos de las consecuencias reales del pecado,
recordemos algunos pasajes que establecen claramente la paga del pecado para
los seres humanos posteriores al diluvio:
Proverbios 11:19: “Como la justicia conduce a la vida, Así el que sigue el mal lo hace para su muerte.”
Ezequiel 18:4: “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del
padre, así el alma del hijo es mía; el
alma que pecare, esa morirá.”
Romanos 5:12: “Por tanto, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Como iglesia el
cumplimiento de la gran comisión entregada directamente por Cristo resucitado y
consignada en Mateo 28:19-20, es la de ir, y haced discípulos a todas y
cada una de las naciones del planeta, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; mostrándoles que si bien Romanos 6:23,
afirma “Porque la paga del pecado es
muerte,” es preciosamente cierto también lo siguiente: “mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro.”, discípulos que sean instruidos en la palabra de
Dios, que cumplan su doctrina; con la plena fe que él estará con nosotros todos
los días, hasta el fin del mundo preparado para los que rechazaron al Salvador
de la humanidad.
Jóvenes, el diluvio universal es la demostración del cumplimiento de la
sentencia de muerte por el pecado, el planeta ya conoció la ira santa de Dios y
conocerá la ira venidera, la sentencia será revocada única y exclusivamente a
través de la profesión de fe en nuestro Señor Jesucristo, nuestro destino
eterno no está en juego gracias a la obra de nuestro Salvador sin embargo el
destino de los que no conocen el evangelio es nuestra responsabilidad.
1 comentario:
Muchas gracias :)
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