Mateo
5:33-37
“5:33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino
cumplirás al Señor tus juramentos.
5:34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
5:36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.”
5:34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
5:36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.”
Hoy quiero por
medio de este pasaje que medites que tan fuerte es tu palabra. Una reflexión
corta sobre que tanto la gente te cree
afuera, que tanto peso tiene tu palabra.
Si tus hechos
respaldan tus palabras que bueno. Qué bueno que la gente solo necesite saber
que si tú lo dices, así se hará, y no quedaras mal, y que aun cuando no se
pueda hacer también tengas el coraje para decir que no se puede y evitar
contratiempos futuros.
Hoy te quiero
invitar a que frases como “le juro por Dios” “le juro por mis padres” “le juro
por mi” u otra cosa que podamos decir, salgan de nuestro vocabulario. A veces
tenemos que decir esto para añadir más compromiso o credibilidad a nuestras
promesas y eso no debe suceder.
Un buen hombre y
mujer de Dios, guiado por la biblia debe cumplir con lo que dice y la consecuencia
de esto será un testimonio positivo que le dará la gloria a Dios.
Santiago 5:12
“5:12
Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra,
ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no,
para que no caigáis en condenación.”
Lindo
día.
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