La causa de Jesús vista desde el derecho romano
En el versículo 13 podemos ver que Poncio Pilato
miembro del orden ecuestre romano, prefecto de la provincia de Judea, convocó a
los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo judío en el proceso
adelantado contra Jesús.
Recordemos que Jesús fue procesado acorde con el
derecho romano el que aún hoy es sinónimo del ordenamiento jurídico por
excelencia a la luz de la sabiduría del mundo, un sistema jurídico político que
rigió a los ciudadanos de Roma y posteriormente a los habitantes del Imperio, y
cuyas instituciones subsisten hoy en día en la mayor parte de los estados
occidentales y es materia de estudio en todas y cada una de las facultades de
derecho en América y Europa sin excepción.
En los versículos 14 y 15 Pilato les dijo: “Me
habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole
interrogado yo delante de vosotros, no
he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis.
Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha
hecho este hombre.”
Pilato luego de practicar las pruebas
correspondientes no encuentra a Jesús culpable de las acusaciones elevadas en
su contra por el pueblo judío y sus representantes y en el versículo 16
concluye con esta contundente afirmación: “Le soltaré, pues, después de
castigarle.”
Aún con la aplicación de las normas humanas la
única sentencia a proferir en la causa de Jesús era indefectiblemente la
siguiente: su inocencia.
La causa de Jesús vista desde la perspectiva judía
Vimos como el sistema jurídico del mundo
conformado por seres humanos que no tenían sangre judía concluyó el proceso iniciado
contra Jesús absolviéndolo de todos y cada uno de los cargos elevados en su
contra como son los de perversión a la nación judía en contra de Roma,
constreñimiento para el no pago de impuestos del imperio y sedición contra las
autoridades romanas descritos en Lucas 23: 2-5; sin embargo la justicia aplicada
por el pueblo judío fue sustancialmente diferente como se detalla en los
versículos 18 al 25: “Más toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!
Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un
homicidio. Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero
ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale,
crucifícale! Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste?
Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le
soltaré. Más ellos instaban a grandes
voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los
principales sacerdotes prevalecieron.”
Que equivocado estaba el pueblo judío en su
veredicto en contra de Jesús al condenar al hijo de Dios a una sentencia tan
tremenda como es la muerte en la cruz a sabiendas de su inocencia comprobada.
La sentencia
Finalmente el prefecto romano procedió de
conformidad con la voluntad judía como se describe en los versículos 24 y 25: “Entonces
Pilato sentenció que se hiciese lo
que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por
sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.”
La expresión del pueblo fue liberar a Barrabás, delincuente
tipo de Satanás el querubín rebelde en contra del Reino de Dios y asesino
espiritual.
Jóvenes, quiero concluir ésta estrada invitándonos a reflexionar respecto
de los hombres y mujeres que queremos liberar en nuestra vida, tenemos dos
opciones: Jesús, el legítimo heredero del trono de Dios y salvador de la
humanidad y Satanás, usurpador de la autoridad celestial y destructor de la
humanidad.
¿Cuál es tu elección?
1 comentario:
¡¡¡ Que bonita reflexión !!! :)
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