2 Crónicas 33 nos narra la vida del rey Manasés, un
hombre que hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones
de las naciones, incluyo algunas de las cosas que hacía:
·
Reedificó los lugares altos.
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Levantó altares a los baales
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Hizo imágenes de Aserá.
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Adoró a todo el ejército de los cielos y les
rindió culto.
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Paso a sus hijos por fuego
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Observaba los tiempos, miraba en agüeros,
dado a las adivinaciones, consultaba a los adivinos y encantadores.
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Hizo extraviar al pueblo.
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“Se excedió en hacer lo malo antes los ojos
de Jehová, hasta encender su ira”
Este hombre nos muestra por
un lado la religiosidad de este mundo, personas haciendo cosas aparentemente
espirituales (altares, culto a los ángeles etc.) pero que van en contra de lo
que a Dios le agrada y que tan claramente lo ha dejado escrito en su palabra
(Biblia).
Por otro lado nos muestra hasta dónde puede llegar la maldad del
hombre matando a sus propios hijos y por último nos muestra la ignorancia en
que el diablo tiene al hombre haciéndole creer en cosas y personas donde puede
poner su fe, claro totalmente apartados de Dios.
Dios habló al pueblo y al
rey, sobre el mal que estaban cometiendo pero estos no se arrepentían, así que
Dios trae la disciplina sobre su pueblo y es la forma como el rey se humilla, reconoce
a Dios y le ora.
Vemos en este rey un
verdadero arrepentimiento ya que este rey actúa, quita los dioses ajenos, ídolos
y altares y los manda lejos, repara la casa de Dios y ordena el servicio a
Dios.
Yo veo en esta porción de la
biblia un testimonio impresionante de la conversión que un hombre puede tener,
no importa lo apegado que pueda estar a una religión que va contra la Biblia,
no importa lo satánico que pueda ser, cuando Dios desea tocar a alguien y
cuando la persona acepta ese llamado de Dios las cosas milagrosamente cambian. Esto me hace pensar en mi familia de sangre
que aún no ha llegado a conocer genuinamente a Jesús, mi oración a Dios para
que les toque en su misericordia y ellos acepten ese llamado de la salvación.
Una aplicación final para
los hijos de Dios y el deseo de nuestro Padre que caminemos en santidad y nos
alejemos del pecado, de lo oculto y vergonzoso, de la carne y sus placeres, a
santidad fuimos llamados no volvamos atrás.
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