sábado, 16 de febrero de 2013

PESCADORES DE HOMBRES


Recorriendo las Escrituras nos reencontramos con el siguiente pasaje.

Mateo 4:18-20
“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.”

Encontramos el llamamiento de Pedro y Andrés por parte de Jesús, un par de hermanos, pescadores de profesión, quienes oyeron la voz de Dios y de manera inmediata optaron por seguirle sin mediar excusa alguna.

En medio de las palabras de Jesús podemos percibir un completo cambio en la vida de estos hombres, pasar de sacar peces del agua a rescatar almas del fuego.

Esa misma transformación debe pasar indefectiblemente en nuestra vida, de ser haber sido salvados a ser instrumentos de salvación para otros.

Salvar almas es la más grande demostración de sabiduría.

Proverbios 11:30
“El fruto del justo es árbol de vida;
Y el que gana almas es sabio.”

Salvar almas implica sacrificio.

I de Corintios 9:19-20
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley;”

Implica vencer el poder mismo del infierno.

Judas 23
“A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.”

Jóvenes, de la mano de Cristo lancemos las redes de la salvación al mar del mundo incrédulo, pesquemos almas mostrando la luz del Evangelio, seamos sabios, sacrifiquémonos y venzamos al mismo infierno.

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