Salmo 119:49-56 “Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado. Los soberbios se burlaron mucho de mí, Mas no me he apartado de tu ley. Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, Y me consolé. Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos Que dejan tu ley. Cánticos fueron para mí tus estatutos En la casa en donde fui extranjero. Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley. Estas bendiciones tuve Porque guardé tus mandamientos”.
En nuestra vida cristiana hay momentos en los que nos sentimos afligidos. La aflicción tiene que ver con sentir tristeza, sufrimiento, angustia, estar atormentado, sentir agonía. El rey David experimentó este sentimiento en su vida, en su andar. Lo interesante no es que lo haya experimentado, sino la forma en que afrontó la aflicción.
En esta oración de David del salmo 119, David reconoce que para salir de la aflicción debe:
(a) Pedir (orar) la palabra de Dios: David oraba la Palabra de Dios, porque sabía que era buena y que era efectiva para vivificarlo.
(b) Acordarse del cumplimiento de la Palabra de Dios en los tiempos antiguos: David reconocía las maravillas y el cumplimiento de la Palabra de Dios en los hombres antiguos y en el universo entero, y esto le animaba a creerla y confiar en ella en el tiempo presente y a esperar el cumplimiento de la Palabra de Dios en su vida.
(c) Mantener la Palabra de Dios como un cántico en su corazón: David no se enfocaba en la alabanza como un asunto emocional o sicológico que le ayudaba a mantenerse animado. David reconocía además de la melodía el contenido de su alabanza, siendo el contenido la Palabra de Dios, cantaba la Palabra para contener sus propias emociones y enfocarse en las emociones de Dios. Además David cantaba teniendo presente que era extranjero de este mundo, algo muy interesante en el enfoque de la alabanza.
(d) Acordarse siempre del poder del nombre de Dios: David reconocía lo poderoso que es el Dios verdadero en quien confiaba.
Recordemos siempre que Dios nos ha dado SU PALABRA para acudir a ella en todo tiempo, en todo momento. Como aprendemos en esta porción de la Biblia, la Palabra de Dios que es PODEROSA, en la cual podemos ESPERAR, que nos VIVIFICA, que nos CONSUELA, que nos lleva a sentir HORROR POR EL PECADO, que nos BENDICE.
Acudamos siempre a la Palabra, aún en momentos de aflicción. Si nuestra vida es una constante aflicción, es porque no estamos acudiendo a la Palabra de Dios en la cual seremos vivificados.
Que tengas un día lleno del Señor!!
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