Como creyentes es natural que enfrentemos temores en el transcurrir de nuestra vida. Temor a perder un ser querido, temor a la enfermedad, temor a una discapacidad física, temor a perder el trabajo, temor a los desastres naturales, temor a las amenazas, temor a los accidentes, temor a…
Añade los que vengan a tu mente en este preciso instante.
Ahora, ¿Esta mal sentir estos temores? ¿Qué piensa Dios en cuanto a los mismos? Bueno, la Biblia nos dejó registro de varios hombres de Dios (el apóstol Pablo y Pedro entre otros) que en algún momento de sus vidas sintieron temor.
El problema no es el temor, sino la forma como lo manejamos en cada etapa de nuestra vida. El salmista nos da una clave tan corta y a la vez tan clara, pero que como creyentes olvidamos fácilmente.
Cuando lleguen esta clase de temores a tu mente y corazón, entrégalos en manos del Señor y confía plenamente en él.
Encomienda a Jehová tu camino, CONFIA EN EL y EL hará.
Que tengas un buen fin de semana,
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