Avanzando en el libro de Isaías
Dios nos mostró el siguiente versículo:
Isaías 26:9
“Con mi alma
te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí,
madrugaré a buscarte; porque luego
que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.”
A comienzos del año, exactamente el 3 de enero escribimos
sobre Salmos 4:4-5, esa porción de la Palabra de Dios, a través de la
cual nos invita a no pasar una noche sin que antes de dormir, ahí en nuestro
lecho, entremos en intimidad espiritual con él.
Isaías en igual sentido nos invita a que en nuestro
lecho antes de dormir anhelemos tener un encuentro cercano con nuestro Padre
Creador y que muy temprano en la mañana concretemos ese deseo y tengamos
nuestra cita diaria con el Rey de reyes y Señor de señores.
Todo nuestro ser esperando el encuentro con Dios
Salmos 63:1-2
“Dios, Dios
mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.”
Nuestro Señor espera por nosotros todos los días
para que acudamos a su encuentro y saciemos nuestra necesidad de él.
El ejemplo de Jesús
Marcos 1:35
“Levantándose
muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y
allí oraba”
Nuestro modelo perfecto de conducta, Dios encarnado
en la forma de hombre nos enseñó de manera práctica cómo hacerlo.
Jóvenes, asumamos el reto de levantarnos antes de
la salida del sol, acudamos a la cita diaria con Dios, hablemos con él y oigamos
su voz a través de la Biblia.
Hoy es nuestra última reunión, llegan el fin de año
y con ello el desenfreno decembrino, es una buena época para demostrar la
calidad de nuestra fe y hacer resaltar nuestra santidad en medio de las
filosofías, tradiciones e ideas insipientes sobre la espiritualidad del mundo
combinadas con el consumismo material.
Esta tarde va ser especial, hasta entonces.
MAC
1 comentario:
Sii. =) :)
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