Estamos llegando al final de El Cantar
de los Cantares. Queremos concluir nuestro recorrido por este libro
con el siguiente versículo.
Cantares 8:6
"Ponme
como un sello sobre tu corazón, como
una marca sobre tu brazo;
Porque fuerte es como la muerte el amor;
Duros como el Seol los celos;
Sus
brasas, brasas de fuego, fuerte llama."
Una porción de la palabra de Dios que resume el
amor de Cristo por la iglesia, así como el que debemos sentir por nuestro
Salvador.
Los adjetivos para describirlo van desde una
estampa en lo más profundo de nuestra carne, pasando por una señal material impuesta
en una de las extremidades superiores de nuestro cuerpo de manera visible, para
distinguirnos y para denotar nuestra calidad y pertenencia a Cristo, el interés
extremo y activo que debemos sentir por su causa, llegando a representarlo como
el fenómeno físico de la combustión, que se eleva de los cuerpos que arden y
despiden luz y calor.
Una demostración de amor como se encuentra descrita
en otros pasajes de la Biblia así:
Isaías 49:14-16
“Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se
olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre? Aunque
olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos
te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.”
Ese amor en el que debemos permanecer.
I de Corintios 13:13
“Y ahora permanecen
la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”
El amor que nos da valor y valida nuestra fe.
Gálata 5:22
“Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la
esperanza de la justicia; porque en Cristo
Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra
por el amor.”
Un amor que va más allá de nuestras limitadas
capacidades cognitivas.
Efesios 3:17-19
“… para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor, seáis plenamente capaces
de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura, y de conocer
el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de
toda la plenitud de Dios.”
El amor en el que debemos andar.
Efesios 5:2
“Y andad en
amor, como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”
El verdadero amor en el que creemos y es Dios mismo.
I de Juan 4:16
“Y nosotros hemos
conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el
que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.”
Un amor que llegó hasta la muerte.
Filipenses 2:8
“… y estando en
la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Jóvenes, Dios selló nuestro corazón con el Espíritu
Santo, esa estampa indeleble y eterna, mostremos esa marca como si estuviera
tatuada en nosotros físicamente, vivamos ese amor fuerte y celoso como una
llama viva y duradera.
Un saludo de amor, nos encontramos pronto.
MAC
1 comentario:
Graciaaass.
Publicar un comentario