Esta
semana vamos a detenernos en este mandamiento que habla sobre el conocimiento
que aprendemos y nos puede separar de la verdad.
Proverbios 19:27
“Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas
Que te hacen divagar de las razones de sabiduría.”
Dios es
enfático y se dirige a nosotros como su descendencia, demandando que dejemos de
lado todo conocimiento que sea contrario a su Palabra, el Señor quiere
alejarnos de la duda, el mundo nos enseña imprecisiones, parcialidades, siendo
la única opción desechar lo que nos nos desvía de la verdad absoluta,
cualquiera que sea su procedencia.
Miremos
algunos pasajes que nos hablan sobre el peligro de las malas enseñanzas y de la
razón de ser del mandamiento contemplado en el versículo estudiado.
Isaías
32:6
“Porque
el ruin hablará ruindades, y su corazón
fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová,
dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.”
En el Antiguo
Testamento vemos un esbozo de esta forma de conocimiento que va en contra de
Dios y se relaciona con el pecado.
Mateo 16:12
“Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la
doctrina de los fariseos y de los saduceos.”
Cristo
mismo determinó que existe otra forma de conocimiento de la que el pueblo judío
debía alejarse, y que en nuestro caso como iglesia también está latente, muchos
son los que hoy en día quieren pervertir la Palabra de Dios y no queda otra
opción que alejarnos de ellos y sus suposiciones.
Colosenses
2:8
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías
y huecas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme a los rudimentos
del mundo, y no según Cristo.”
Pablo
dejó claro que uno es el conocimiento de Dios, absoluto y perfecto, y otro el de
los saberes parciales, falto de verdad, humano y mundanal; el primero obedece a
la verdad, y el segundo deriva en falacias.
Hebreos
13:9
“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y
extrañas; porque buena cosa es afirmar
el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que
se han ocupado de ellas.”
Pablo
también establece que son muchas las enseñanzas que nos pueden seducir, pero
nuestro corazón que pertenece a Cristo, debe estar cimentado y estructurado en
nuestro Salvador.
Jóvenes,
el mandato de Dios es claro, nuestros oídos solo deben tener espacio para su
conocimiento, cualquier enseñanza que vaya en contravía de la Biblia no merece
nuestra percepción.
Saludos
a cada uno de ustedes.
MAC
1 comentario:
=)
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