Hay una frase que
la tomamos muy deportivamente sin analizar a fondo su gran significado: “Muchos son llamados, mas pocos escogidos”
Veamos lo que nos
enseña Dios en este pasaje en el libro de Mateo:
9Y al venir los que
habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10Al
venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más;
pero también
ellos recibieron cada uno un denario.
11Y al recibirlo,murmuraban contra el padre de familia, 12diciendo:
Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has
hecho iguales a nosotros,
que hemos soportado la carga y el calor del día.
13Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no
conviniste conmigo en un denario? 14Toma lo que es tuyo, y vete;
pero quiero dar a este postrero, como a ti.
15¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia,
porque yo soy
bueno 16Así, los primeros serán postreros, y los postreros,
primeros;
porque muchos son llamados, mas pocos escogidos - Mateo 20:9-16
Si realmente la
analizamos a fondo, podemos comprobar que la Palabra de Dios se cumple al pie
de la letra. Todos los seres humanos, muchos, tal vez miles de millones, son llamados a la Salvación, una muy buena
parte de la humanidad ha oído hablar de Cristo, más son muy pocos los que escuchan, entienden y llegan a
obtener ese privilegio de ser salvos.
Igualmente, de los
que son Salvos, muchos, tal vez decenas millones, todos son llamados al
servicio, muchos, pero son pocos los que atienden este llamado y tienen ese
privilegio de servirle a Dios.
De la misma manera,
los que deciden “servir” a Dios son muchos, tal vez millones, pero los que lo hacen realmente de corazón son
muy pocos.
De manera que no tenemos
porqué cargarnos cuando la gente se aleja y se enfría, desde que estemos
haciendo las cosas sabia y honestamente, debemos descansar en esta enseñanza,
entendiendo que la Obra es de Dios, y que es ÉL quien confirma a los que han de
quedarse y servirle de corazón. Ni siempre los primeros que levantan la mano
son los que se van a quedar.
Este pasaje en muy
claro, Dios nos enseña que no debemos depositar nuestra confianza en decisiones
carnales o en profesiones apresuradas. Lo sabio, es hacer las cosas honesta y
pausadamente, esperando que el Señor haga la Obra. Nuestro deber es predicar a
Toda criatura pero es el Espíritu Santo el que convence de pecado a los pocos
escogidos. Nuestra tarea es invitar a TODO SALVO a cumplir la Gran Comisión,
pero es el Señor el que escoge a los suyos. Debemos entender que la Obra es del
Señor y que yo hago mi parte y debo esperar que ÉL haga la suya.
Dio vuelve y me
recuerda que realmente la Obra no se hace con todos, sino con los que Dios
escoge, y que igualmente NO todos son salvos, sino los que el Señor salva.
Tenemos un Dios SABIO, que sabe muy bien cómo es que se debe trabajar,
dando a cada uno el libre albedrío. Dios
no presiona, simplemente abre su Palabra, muestra la verdad y deja que cada uno
elija su camino: Bendición o Maldición.
Creo que la mejor
forma de aplicar esta enseñanza es cumpliendo fielmente con el papel que Dios nos
ha dado, entendiendo que es un verdadero privilegio que no debemos
desperdiciar. Yo prefiero la BENDICIÓN que la maldición. No se tu qué
preferirías.
Hebreos_10:31 ¡Horrenda cosa es caer en manos
del Dios vivo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario