En I de Crónicas
6:31-32 Dios nos habla sobre los cantores del nombrados por el rey David: “Estos
son los que David puso sobre el servicio
de canto en la casa de Jehová, después que el arca tuvo reposo, los cuales servían delante de la tienda del
tabernáculo de reunión en el canto, hasta que Salomón edificó la casa de
Jehová en Jerusalén; después estuvieron en su ministerio según su costumbre.”
David siendo joven tocaba
el arpa y sirvió al rey Saúl como nos muestra I de Samuel 16:23: “Y
cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba
mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.”
Ese pequeño pastor llegó
a ser un poeta y músico extremadamente prolijo, más de mitad de los salmos se
le atribuyen a su autoría, miremos algunos aspectos sobre la importancia de la música,
relacionados con el reinado de David en la Biblia.
Cuatro mil músicos
I de Crónicas 23:5
“Además, cuatro mil
porteros, y cuatro mil para alabar a
Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para tributar
alabanzas.”
Doscientos ochenta y ocho instruidos en canto
I de Crónicas 25:1-7
“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a
los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para
que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio,
fue: De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf,
bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey. De los
hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis,
bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová. De los hijos
de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata,
Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot. Todos éstos fueron
hijos de Hemán, vidente del rey en las cosas de Dios, para exaltar su poder; y
Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas. Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la
casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo
de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey. Y el número de ellos, con sus hermanos,
instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y
ocho.”
Ese ministerio
debía estar coordinado de una manera sincrónica donde miles de personas
alababan como la mejor de las orquestas, nuestro Señor es Dios de dioses,
Rey, Creador y Salvador y merece nuestra
alabanza, buscando exhortar y enseñar a otros a caminar correctamente en el poder
del Espíritu Santo de Dios, incluyendo nuestros talentos musicales otorgados
por él, corazones y de manera sabia.
Jóvenes, cantemos a
nuestro Dios y alabémoslo con nuestra vida diaria, concluyamos entra entrada recordando
que Jesús conociendo su fatal destino cantó en la noche de la última cena como
lo establece Mateo 26:30: “Y cuando
hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.”
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