Una de las quejas que tenía Dios contra su pueblo era que a él no le importaban sus muchos sacrificios, sus holocaustos, si no él lo que más les pedía era que se acercaran a él, que hicieran sacrificio de alabanza y este es el que agrada a Dios.
La palabra de Dios lo define en Hebreos 13: 15 "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre."
Este es el llamado que Dios hace a su pueblo en los salmos por medio de Asaf. Dice Dios: "Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus botos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás." Salmos 50: 14,15
Es para lo que estamos aquí, la razón por la que Dios nos salvó, para que le alabemos y Dios usando nuestras vidas para que otros den a Dios ese fruto de labios que confiesan su gran nombre y que propósito tan grande y eterno encontramos cuando vivimos para Dios de esta manera, no ofreciéndole sacrificios que a él no le va a gustar para nada, Dios quiere nuestra vida completa y es la mejor forma y donde nace una verdadera alabanza, un real sacrificio de alabanza por que solo Dios es digno de ser alabado en gran manera y es lo que más desea, está en su corazón.
Algo breve, pero desde que lo vi en la mañana en mi cita con Dios quería compartirlo con ustedes y que los que amamos su gran nombre de continuo elevemos a Dios ese sacrificio de alabanza agradable a él.
Un abrazo.
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