Es innegable la
veracidad de las Escrituras, son perfectas, cabales, sin ninguna sombra de
mentira, y en ellas el Señor nos hace hermosas promesas de lo que nos espera y
nos exhorta a no callarnos, a hablar del Evangelio, a proclamar su verdad. La
venida del Señor está muy cerca (Recordemos el viene en las nubes por los
creyentes: Arrebatamiento: I Tes 4:13-18),
y luego viene por segunda vez sobre esta tierra, siete años después. De manera
que debemos prepararnos para este gran evento, pensando que el arrebatamiento
podría ser Hoy mismo.
Dios a través del
apóstol Pedro nos regala este precioso
pasaje :
8Mas, oh amados, no
ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como
un día.9El Señor no retarda su promesa,
según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros,
no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán
con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. 11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo
no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios,
en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! 13Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra
nueva, en los cuales mora la justicia. 14Por lo cual, oh amados, estando
en espera de estas cosas, procurad con
diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. - II Pedro 3:8-14
El Señor ha sido, y
está siendo muy paciente, esperando a que salgamos a proclamar Su Evangelio a
toda Criatura, porque su anhelo es que ninguno perezca, sino que todos procedan
al arrepentimiento.
Por esta razón, es
necesario que aprovechemos muy bien nuestro tiempo, hablando del Evangelio
siempre que sea posible, con mucha sabiduría y humildad, dependiendo siempre
del Señor. El día del arrebatamiento, y desde luego, su segunda venida están
muy cerca y lo que Dios nos muestra que pasará con quienes queden será
realmente terrorífico, así que no podemos desperdiciar ni un solo minuto, es
necesario salir a hablar de Cristo a toda criatura.
Es necesaria la
santidad en nuestras vidas para que verdaderamente haya credibilidad y
glorifiquemos a Dios. Nosotros tenemos una esperanza gloriosa porque esperamos
cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia, pero los demás,
deben dolernos, y es por eso que tenemos que ser irreprensibles ante nuestro
Dios y ante a ellos, a fin de ganarlos para Cristo y poder llevar buen fruto.
Algunas recomendaciones bien
importantes :
ü
No ignorar que
para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día
ü
Entender que
el Señor no está demorado, sino que es paciente
ü
Tener claro
que el Señor está esperando a que hagamos honestamente la tarea de predicar el
Evangelio a toda criatura
ü
Debemos hacer
nuestro papel de predicar el Evangelio entendiendo que la FE es por el OIR, y
el oír por la Palabra de Dios
ü
Ser
conscientes de que el día del Señor está muy pero muy cercano y que después que
ÉL venga ya la salvación no será nada fácil.
ü
Sentir dolor
por las almas que se quedarán sufriendo las atrocidades de la gran tribulación
ü
Y aún sentir
más dolor por las que irán definitivamente a un infierno eterno
ü
Habla y no
calles, no te avergüences, no dejes para mañana… HOY es día de Salvación
ü
Debemos andar
en Santa y piadosa manera de vivir esperando la venida de nuestro Señor
ü
Procurar con
diligencia ser hallados sin mancha e irreprensibles, en paz.
Dios nos
recuerda hoy, y con mucha claridad, la
Paciencia del Señor y nuestra tarea como testigos suyos
Tenemos un Dios PACIENTE y muyyyy misericordiosos con los salvos y con
los perdidos. ÉL espera pacientemente que hagamos la tarea, y quiere que todos
escuchen y sean salvos.
Realmente es impactante ver las advertencias tan claras que Dios nos
hace de la venida de Cristo y de las consecuencias para aquellos que ignoraron
Sus Palabras, así como nuestra responsabilidad de mantener un testimonio
intachable.
Lo
mejor es tener nuestra conciencia tranquila de que nuestro trabajo en el Señor
no será en vano, predicando y predicando, sin avergonzarme para nada. Es nuestro
deber, el tiempo se acaba. Ante todo manteniendo un testimonio intachable
delante de todos los hombres.
¿ Es tu testimonio una buena BASE para poder hablar de
Cristo ?
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