¿ABORRECES A TU HERMANO?

En Génesis 37: encontramos descrita la nefasta acción de la venta de José por parte de sus hermanos, esta vez quiero hacer énfasis en el versículo 4 la actitud previa de sus hermanos “Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.”

En el marco de la iglesia puede existir una aversión a alguno de nuestros hermanos en la fe , una actitud de rechazo o repugnancia frente a uno de nuestros parientes espirituales.  

Los hermanos de José cometieron un pecado terrible y el odio fue la semilla que derivó en su conducta.

El mandado de Dios

Levítico 19:17:

“No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado.”

Dios es claro, la prohibición es contundente, y su invitación es a utilizar la razón para solucionar el origen del odio.

La diferencia entre el odio y el amor

Proverbios 10:12:

“El odio despierta rencillas;

Pero el amor cubrirá todas las faltas.”

La semilla del odio pronto se verá transformada en una riña que da lugar a un estado de hostilidad con el hermano, la única forma de contrarrestar ese odio es el amor.

Proverbios 15:17:

“Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,

Que de buey engordado donde hay odio.”

Una relación donde hay odio será insoportable en el tiempo.

Hacer evidente nuestra vida transformada

I de Juan 2:9:

“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.”

I de Juan 3:15:

“Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.”

Jóvenes, gracias a la salvación a través de nuestro Señor Jesucristo, nuestras vidas fueron transformadas es por esto que cualquier asomo de odio en contra de nuestros hermanos puede derivar en un pecado mayor, si existe algún motivo de discordia la solución es el dialogo y el amor que cubre cualquier falta, así como el amor de Cristo cubrió todos nuestros pecados.