Dios siempre está dispuesto a escucharnos siempre y cuando lo invoquemos con un corazón limpio. Muchas veces pedimos y esperamos a que Dios nos responda, pero no somos conscientes de nuestras faltas y de las consecuencias de esos pecados. Debemos ser conscientes de que cada vez que pecamos estamos rompiendo el canal de comunicación con Dios, se rompe esa intimidad y como consecuencia de ellos, cuando clamamos a Dios, el oculta de nosotros su rostro para no oír, es decir, nuestras oraciones son infructuosas.
Esto es lo que
aprendemos en este pasaje de Isaías :
1He aquí que no se ha
acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 2pero
vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. 3Porque
vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad;
vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua. 4No
hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en
vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad. 5Incuban
huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos,
morirá; y si los apretaren, saldrán víboras. 6Sus telas no servirán
para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad,
y obra de rapiña está en sus manos. 7Sus pies corren al mal, se
apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de
iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. 8No
conocieron camino de paz, ni
hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas
fuere, no conocerá paz - Isaías 59:1-8
De ahí la
importancia de permanecer limpios, y si pecamos, inmediatamente hay que
arreglar el asunto con el ofendido y con Dios, a fin de restaurar esa intima
comunión y restablecer ese canal de comunicación, para que de esta manera
nuestras oraciones lleguen a ÉL.
Lamentablemente
creemos que estamos bien, pero hay pecado, muchas veces por matar al no
compartir el Evangelio, otras veces por la mentira o por hablar más de la
cuenta, otros veces por nuestro orgullo y vanidad. Tal vez sin darnos cuenta
OFENDEMOS y seguimos pensando que TODO está bien. Es necesario concientizarnos
más de nuestro pecado y CLAMAR la ayuda de Dios para combatirlos. Por lo menos
es el caso MIO.
Es muy lamentable
la situación que vive nuestra Colombia, destruyéndose por la corrupción, la
inmoralidad y aún desastres naturales, estoy convencido de que no es por
casualidad, es la mano de Dios puesta sobre un pueblo pecador, corrupto,
alejado de Dios, idólatra, fornicario, adúltero, defensa del “matrimonio” entre
personas del mismo sexo, cada cual velando por lo suyo, corrupción por todas
partes, muchas injusticias a todo nivel, y por ESO, es que la mano de Dios está
ahí, por eso no vemos la paz.
Entonces clamaréis a
Jehová, y no os responderá;
antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo,
por cuanto hicisteis malvadas obras - Miqueas 3:4
antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo,
por cuanto hicisteis malvadas obras - Miqueas 3:4
Mientras no seamos
conscientes de ese estado putrefacto, y haya un arrepentimiento genuino, no
podemos esperar la paz y las bendiciones de Dios.
Jóvenes, espero que hoy tengamos claro cuál es el Dios que tenemos, un Dios que siempre está presto a tendernos su
mano, siempre y cuando nuestro corazón esté limpio de pecado. Un Dios que
CASTIGA severamente al pecador y que mientras no haya arrepentimiento, no
podremos esperar nada bueno de ÉL, porque es un Dios JUSTO.
Me impacta ver que muchas veces, sin darnos cuenta encontramos que
nuestras vidas están llenas de pecado: Por callar y no compartir el Evangelio,
por hablar maldad, por no ser justos, por andar juzgando a los demás, por
vanidades y muchas cosas más. Lo más importante, entender que la situación de
destrucción que vive nuestro país y el mundo en general, es consecuencia de
tanta podredumbre, pecado y corrupción, la cual gobierna al mundo entero.
Hoy mismo, debo hacerme un propósito de cambio, examinándome a cada momento, en cada una de mis miradas, de
mis palabras y de mis actitudes, midiéndolas con la vara de la Palabra de Dios,
a fin de tener una conciencia limpia y la certeza de que Dios nos escuchará. Debo
hablar del pecado del hombre sin avergonzarme para nada, pase lo que pase. No
debo comulgar con las obras infructuosas de las tinieblas.
A manera de resumen, veamos algunas recomendaciones importantes que podemos concluir con base en este pasaje:
ü
Confiar en que
si tenemos un corazón LIMPIO, Dios nos va a escuchar
ü
Entender que
nuestro pecado nos separa de Dios
ü
Ser
conscientes de que si estamos en pecado, Dios oculta su rostro para no oír
ü
Si pecamos,
inmediatamente debemos reconocerlo y pedirle a Dios que nos limpie y que nos
perdone.
ü
Muchas veces
pecamos por callar el Evangelio y dejamos que muchas almas vayan al infierno.
ü
No debemos
dejar que nuestra lengua siga haciendo MALDADES, es mejor callar antes que
echar más leña al fuego
ü
Debemos
cuidarnos para andar siempre en LA VERDAD
ü
No concebir
ningún tipo de MALDAD. Pensar siempre en ser canales de BENDICIÓN.
ü
Lamentarnos y
arrepentirnos de tanta forma de pecado, casi toda presente en nuestro país y en
el mundo.
ü
Arrepentirnos
de tanta mediocridad y porquería si realmente queremos caminos de paz y de
prosperidad.
¡¡¡ NO hay disculpas, Dios nos advierte CLARAMENTE !!!
1 comentario:
Muchas gracias por cuidar de nosotros con consejos tan sabios. Dios les siga dando mucha sabiduría.
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