"El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?" - Malaquias 1:6.
Es una bendición (diría la mayor bendición) el hecho de ser llamados hijos de Dios...
"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él." - 1 Juan 3:1.
... Y es además un privilegio el poder servirle a nuestro Señor. Hijos y siervos a la vez. Hijos del Dios Altísimo y siervos de Aquel que domina sobre la creación entera.
Entendiendo nuestra posición ahora en Cristo y pasando por el pasaje que nos ocupa en Malaquias 1:6, estas dos preguntas nos conducen a meditar en nuestros caminos.
Si Dios es nuestro Padre... Donde Esta La Honra Que Como Hijos Le Debemos a EL? Y si Dios es nuestro Señor... Donde Esta El Temor Que Debemos Tener De El?
Es nuestra vida una fuente continúa de alabanza al Señor?
Tememos a Su Palabra? Cómo creyentes es sencillo hablar y parecer espiritual, pero Dios que conoce nuestros corazones sabe en realidad que hay dentro de cada uno de ellos.
Te ánimo a que en la intimidad de tu vida, medites en estas dos preguntas y seas sensible a lo que Dios te guíe en tu caso particular. Si el es nuestro Padre y Señor como lo afirmamos, que la honra a EL y el temor natural a Su Palabra se vean reflejados en cada paso que damos.
"Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra." - Isaías 66:2.
Nos vemos mañana,
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