El apóstol Pablo nos reta mucho en seguir, en vivir con pasión por la causa de Cristo, cada cosa que vemos en el libro de los hechos (te ánimo a que lo leas), acerca de lo que hizo Pablo, testificando por todas partes sin temor sobre como Jesús cambio su vida a tal punto que daría hasta la vida misma por amor a él. Pablo no estimaba preciosa su vida para el mismo con tal de que acabara su carrera con gozo (Hechos 20: 24), era el objetivo de Pablo, tenía los ojos puestos en Jesús todo el tiempo de su peregrinación mientras estuvo con vida.
Para él vivir era Cristo y el morir ganancia (Filipenses 1: 21), lo daba todo como perdida por amor de Cristo. Al escribir estas palabras solo reflexiono sobre unas cosas:
- ¿Hasta donde estoy dispuesto a llegar por mi Señor, quien dio la vida por mi?
- ¿Vivo con pasión cada día de mi vida, entendiendo que el objetivo de mi vida es glorificar al Rey?
Solo puedo llegar a una conclusión y es que nos falta mucho y que estamos fallando, lo digo con tristeza, pero también me ánima a despertarme, a vivir con pasión, este hombre (Pablo), vivió así y glorificó a su Señor y pienso, ¿que tenía Pablo que nosotros hay en día no lo tengamos?
Tenemos al Espíritu Santo morando en nosotros, que es quien nos da ese poder, amor y dominio propio, para vivir como conviene en un Hijo de Dios, tenemos la palabra de Dios que nos guía y nos da todo el consejo de Dios, la presencia de Dios en nuestras vidas, la iglesia local y por ende a los hermanos en la fe entendiendo que solos no podemos y que nos tenemos y necesitamos unos a otros, entonces no somos tan diferentes en esto, estamos bien equipados para estar dispuestos para dar hasta la vida por nuestro salvador.
Dios nos pide obediencia a sus mandamientos, que nos sometamos a su voluntad, que sea nuestra principal prioridad, que muramos cada día a la carne, que amemos las almas de los hombres así como Jesús las amó y se entrego por ellas; y es solo el comienzo de una gran aventura como la que vivieron Pablo y los apóstoles y muchos discípulos que dejaron eco hasta nuestros días y por la eternidad porque decidieron seguir a Jesús, con dificultades, con peligros, con muchas alegrías, sufrimientos, fruto, etc; pero estoy seguro que para ellos valió la pena y si que lo vale estoy seguro y no me quiero perder por nada del mundo de esto y te ánimo mi hermano a que tú tampoco. Hay una misión por delante Colombia y las naciones para Cristo.
Tenemos al Espíritu Santo morando en nosotros, que es quien nos da ese poder, amor y dominio propio, para vivir como conviene en un Hijo de Dios, tenemos la palabra de Dios que nos guía y nos da todo el consejo de Dios, la presencia de Dios en nuestras vidas, la iglesia local y por ende a los hermanos en la fe entendiendo que solos no podemos y que nos tenemos y necesitamos unos a otros, entonces no somos tan diferentes en esto, estamos bien equipados para estar dispuestos para dar hasta la vida por nuestro salvador.
Dios nos pide obediencia a sus mandamientos, que nos sometamos a su voluntad, que sea nuestra principal prioridad, que muramos cada día a la carne, que amemos las almas de los hombres así como Jesús las amó y se entrego por ellas; y es solo el comienzo de una gran aventura como la que vivieron Pablo y los apóstoles y muchos discípulos que dejaron eco hasta nuestros días y por la eternidad porque decidieron seguir a Jesús, con dificultades, con peligros, con muchas alegrías, sufrimientos, fruto, etc; pero estoy seguro que para ellos valió la pena y si que lo vale estoy seguro y no me quiero perder por nada del mundo de esto y te ánimo mi hermano a que tú tampoco. Hay una misión por delante Colombia y las naciones para Cristo.
¿HASTA DONDE ESTAMOS DISPUESTOS A LLEGAR POR JESÚS?
Un abrazo.
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