Hoy, Dios me recuerda algo bien importante en
el libro de Lamentaciones de Jeremías, y
es que nunca debo olvidar los terribles padecimientos de Cristo en la
cruz del calvario a fin de llevarme a la salvación. Te invito a meditar sobre Lam 3:19-27
19 Acuérdate de mi aflicción y de
mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel;
20 Lo tendré aún en
memoria, porque mi alma está abatida dentro de
mí;
21 Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
22
Por la misericordia de Jehová
no hemos sido consumidos,
porque nunca decayeron
sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu
fidelidad.
24 Mi porción
es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. 25 Bueno es Jehová a los que en él
esperan, al alma que le busca. 26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
27
Bueno le es al hombre llevar
el yugo desde su juventud.
Es un pasaje que
nos enseña muchísimas cosas. Lo que podamos padecer nosotros no tiene punto de
comparación con sus sufrimientos, aunque nosotros si nos los mereceríamos.
Definitivamente el
amor y la Misericordia de Dios son MUY
GRANDES, por el pecado en que vive el mundo entero (Corrupción,
homosexualismo, inmundicia y toda clase de aberraciones), siguiendo los
consejos del enemigo, hace rato que hubiéramos de ser consumidos, pero Dios es
muy, pero muy misericordioso, esperando pacientemente a que salgamos a predicar
el Evangelio y que muchos, pero muchos seres humanos escuchen y entiendan para
escapar del lazo del diablo en que están cautivos a la voluntad de él (2 Tim. 2:26).
Las misericordias
de Dios nunca han decaído. ÉL sigue esperando pacientemente a que cada ser
humano escuche el llamado de Cristo y abra las puertas de su corazón (Apo. 3:20),
pero todo tiene su límite, y llegará el día en que el Señor vendrá por nosotros
y ya de nada valdrán los lamentos por lo que dejamos de hacer. Cada día Dios nos muestra su fidelidad, nos
permite vivir un día más, y nos da las fuerzas para afrontar cada situación. En
Él debo esperar todo el tiempo con la confianza de que como hijo suyo jamás me
desamparará.
Hay tres cosas que
Dios nos muestra que son BUENAS
: Buscar a Dios y esperar en ÉL, esperar en silencio Su Salvación, y llevar el yugo, siguiendo sus pasos (Llevar el yugo de Cristo) desde la juventud.
«Llevar
el yugo» significa ponerse bajo la disciplina de Dios
voluntariamente y aprender lo que Él nos quiere enseñar. Esto involucra
diversos factores importantes:
(1) Meditación en silencio sobre lo que Dios quiere,
(2) Arrepentimiento humilde,
(3) Dominio propio frente a las adversidades, y
(4) Paciencia confiada dependiendo del Maestro divino para que nos dé lecciones de amor para la vida. Dios
tiene diferentes lecciones tanto a corto como a largo plazo para ti ahora.
¿Cumples tú la tarea?
Hay varios Mandamientos que Dios nos quiere recordar hoy:
Ø
Entender que
nuestros padecimientos no son ni medio parecidos a los de los profetas y menos
a los del Señor Jesucristo
Ø
Entender que
estamos vivos y hemos sido salvos gracias a la Misericordia de Dios
Ø
Tener claro
que la misericordia del Señor no decae y que ÉL espera pacientemente a que
salgamos a Evangelizar.
Ø
Debemos sentir
dolor por las almas que aún no han apreciado esa gran misericordia y pedirle a
Dios para que escuchen.
Ø
Cada nuevo día
que Dios demora en su venida es un día más de FIDELIDAD, de espera para que
muchos conozcan el Evangelio y se arrepientan.
Ø
Debemos
esperar en ÉL, buscarlo permanentemente
y confiar plenamente en sus promesas.
Ø
Esperar en
silencio la salvación eterna
Ø
Llevar el yugo
sobre nosotros, imitando cada uno de sus pasos, sin desentonar en nuestro
caminar con ÉL.
¡¡¡
DISFRUTA este fin de semana compartiendo el EVANGELIO con los tuyos !!!
Mañana puede ser tarde…
No hay comentarios:
Publicar un comentario