Hoy queremos revisar el siguiente versículo.
Malaquías 3:10
“Traed todos los diezmos al alfolí
y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
El Señor quiere poner a prueba la disposición de
nuestros bienes para su obra, haciéndonos ver esta sencilla práctica traerá bendiciones
a nuestras vidas.
Dios es el dueño de absolutamente todo lo que existe.
Éxodo 19:5
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.”
Salmos 24:1
“De Jehová es
la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.”
Dios es el dueño del dinero
Hageo 2:8
“Mía es la
plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.”
I de Crónicas 29:14
“Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que
pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”
Somos propiedad de Dios, Él nos compró por el precio
de su sangre.
I de Corintios 6:19-20
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros? Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios.”
Demostremos con sinceridad el amor por Jesús.
II de Corintios 8:8
“No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la
diligencia de otros, también la
sinceridad del amor vuestro.”
Demos a Dios la prioridad y seamos bendecidos.
Éxodo 13:12-13
“… dedicarás a
Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus
animales; los machos serán de Jehová. Mas todo primogénito de asno
redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También
redimirás al primogénito de tus hijos.”
Proverbios 3:9-10
“Honra
a Jehová con tus bienes,
Y con
las primicias de todos tus frutos;
Y serán
llenos tus graneros con abundancia,
Y tus
lagares rebosarán de mosto.”
Jóvenes
tengamos claro que nuestros recursos sirven para mantener a la iglesia, sus líderes
y la obra misionera. Disciplinémonos en el dar y que ellos sea un reflejo de
nuestro crecimiento espiritual, permitiendo que Jesucristo controle por
completo nuestras vidas y recursos.
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