martes, 4 de octubre de 2011

LA MEDIDA DEL FRACASO

MARCOS 14:43-50: Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
La tarea de formar líderes es compleja. Demanda, de aquella persona que está llevando adelante el proceso, un compromiso y una perseverancia poco comunes. Cada uno trae su trasfondo particular, con su perspectiva personal acerca de la vida y del ministerio.

El fracaso en el Reino no se mide por situaciones puntuales. Un incidente en la vida de una persona la puede marcar profundamente. Pero nuestro Padre celestial pesa la vida completa de una persona, y mide los resultados mirando la totalidad de su peregrinaje terrenal. La escena de hoy representa un revés en un camino lleno de logros y victorias en la vida de sus discípulos amados.

Obviamente la vida cristiana no puede ser una vida de continuas caídas y restauraciones, pero cuando esto ocurra, debemos acudir al Padre Celestial pidiendo su perdón y apartarnos del pecado o de la carga que está impidiendo que caminemos correctamente con el Señor y extendernos hacia lo que está adelante. En este tratamiento Dios conoce la medida del fracaso de cada uno y ÉL obra en los hijos que ama, aún si es necesaria la disciplina.

Que tengas un día lleno del Señor!!!!

3 comentarios:

Juan J. dijo...

Como he podido a prender todas nuestras luchas no podremos ganarlas si las hacemos confiando en nuestra propia fuerza, Debemos permitirle a Dios que entre a nuestras vidas para que el luche todas nuestras batallas y nos saque victoriosos de todo mal.

Que grandioso es saber que contamos con el perdón de nuestro Padre, con su restauración, su infinito poder, con su protección y lo mejor, con su salvación.

Diego Julian Pena Ibanez dijo...

Muy bonito poder reconocer la disciplina de Dios, el Padre disciplina a sus hijos por que no quiere que se pierdan, lo importante es reconocer que estamos fallando, arrepentirnos y recibir de la mejor forma la manera como Dios nos quiera disciplinar para moldearnos a su semejanza.
Gracias !!!

Anónimo dijo...

:)