Hoy tuve la bendición de sentirme confrontado por la Palabra de Dios, pues buscando ardientemente la voz del Señor para mi vida, se presentó ante mi este pasaje:
“Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.” Isaías 56:4-5
En realidad son demasiadas bendiciones juntas lo que incluye este pasaje y me hizo reflexionar mucho en la manera eterna como Dios fija sus ojos en nosotros y nos sustenta, cuida, protege, conmueve día tras día. Sin embargo lo que caló en mi corazón es que estas bendiciones son especialmente para aquellos que ESCOJAN LO QUE EL QUIERE Y ABRACEN SU PACTO.
Me pregunté entonces si yo realmente escojo lo que Dios quiere o simplemente quiero lo que El quiere. Si hay una diferencia, porque el querer o encontrar agrado y conveniencia en las promesas de Dios puede ser normal para muchos que encuentran en El Señor una opción de vida para cumplir sus propósitos espirituales y ser una mejor persona y seguramente sentirse mejor consigo mismo y con los demás. Pero el escoger es efectivamente una decisión, va más allá del querer, es una determinación de abrazar y decidirse por lo que Dios quiere, es decir por los principios, verdades, mandamientos, profecías, promesas, ejemplos que Dios establece en Su palabra.
Fue así como les paso a los discípulos en Juan 6:67-68 cuando Jesús les preguntó si ellos también querían irse como otros de sus discípulos que habían vuelto atrás y ellos contestaron: “ Señor, a quien iremos? Tu tienes palabra de vida eterna.” Es posible que algunos de ellos en su humanidad quisieran volver atrás pero no lo hicieron porque elegían a CRISTO.
Y esta elección fue la que cambio sus vidas (y de paso las nuestras) pues su decisión de seguir a Cristo estaba por encima de sus interese personales o de su querer o parecer. Ellos sabían que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios viviente y no una opción mas.
Es para nosotros El Señor una opción espiritual entre tantas?? Queremos lo que Dios quiere o además lo elegimos como vocación de vida, como firme ancla del alma (Hebreos 6:19), como el entender que Su voluntad es ahora la nuestra??
Es como cuando vamos a comprar ropa y queremos una muda en particular, no nos podemos quedar en simplemente quererla y aceptarla como bonita, es necesario elegirla para que sea nuestra y apersonarnos de ella cuando nos la ponemos.
ESCOGER A CRISTO Y ABRAZAR SU PALABRA!!! Eso es lo que nos hace verdaderos discípulos suyos y destinatarios de sus preciosas promesas.
1 comentario:
Hola a todos, hace rato que no comentaba por acá, veo renovado el blog, por cierto, con Dios nos comportamos como con nuestros Padres Humanos, somos testarudos, necios y obstinados.
Sólamente la disciplina divina como en mi caso hace cambiar el rumbo.
MAC
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