SALMOS 81:1-4 Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob aclamad con júbilo. Entonad canción, y tañed el pandero, El arpa deliciosa y el salterio. Tocad la trompeta en la nueva luna, En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne. Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob.
En este pasaje de las escrituras, Dios nos demanda la necesidad de “Cantar a él”. Hay personas que saben cantar con su boca y hay otras a quienes Dios no les dio ese don. Pero si es un mandato para todos entonces ¿cómo cantar si no se sabe cantar? Obviamente lo que Dios nos quiere decir es que debemos cantarle con el corazón, con nuestros pensamientos, con nuestras acciones. Es un canto, una continua alabanza con todo nuestro ser, con nuestra vida.
Este salmo nos enfatiza que se canta a Dios “CON GOZO”. El gozo viene del Señor. No es algo que venga de nuestra propia carne o de nuestra propia voluntad. Es la llenura del Espíritu Santo de Dios, de su fruto en nosotros (amor, GOZO, …). Un gozo que viene producto de la comunión diaria con él.
Luego dice una cualidad de Dios “FORTALEZA NUESTRA”. Alabamos a Dios por lo que él es. No por otra cosa diferente. Es porque él es Dios, el único y Todopoderoso digno de ser alabado. Nuestra Fortaleza. Le alabamos porque le conocemos y su Palabra lo revela completamente.
Debemos también “ENTONAR CANCIÓN, TAÑED EL PANDERO”. Entonar canción, tiene que ver literalmente con la voz, dando un tono o nota musical “entonada, o afinada”. Dios quiere que nuestra vida esté afinada conforme a sus preceptos. Quizás a veces nos desafinamos, damos notas inadecuadas con nuestros comportamientos, rechinamos con nuestras palabras. También aprendemos en este salmo que debemos hacer tocar un instrumento de percusión. Los instrumentos de percusión siempre son los que llevan el RITMO de las melodías. Dios quiere que EL RITMO DE NUESTRA VIDA siempre vaya a su ritmo, a ritmo con lo eterno, alabándole, siendo aprobados.
Alabar a Dios “EN EL DIA DE NUESTRA FIESTA SOLEMNE”. Todos los días son fiesta para nosotros, porque sabemos que Dios está en nosotros y nosotros en él, somos SALVOS EN CRISTO JESÚS. Obviamente hay una fiesta solemne cada domingo cuando nos reunimos como cuerpo de Cristo a alabarle a él y escuchar su palabra predicada desde el púlpito, conmemorando su victoria sobre el pecado. Tenemos también la esperanza de la fiesta de las bodas del Cordero, una fiesta que sin lugar a duda será un momento muy especial, en donde la alabanza de la Iglesia de Jesucristo será como ninguna y de la cual deseamos que nadie se pierda de ser invitado.
Joven, que tengas un día lleno del Señor!!
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