El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos… Santiago 1:8
Este pasaje, es de esos versículos que sin lugar a duda nos advierte sobre el peligro de las relaciones con personas de doble ánimo; o aún peor del peligro mayor cuando somos nosotros mismos los que pertenecemos a este grupo de individuos.
Pensémoslo por un instante… ¿Seremos tu y/o yo personas de doble ánimo? ¿Personas que de un momento a otro, en un instante, en un milisegundo; cambiamos de un estado de alegría y gozo incontenible, a otro de tristeza y depresión profunda?
¿De que depende nuestro ánimo? ¿De la situación económica, laboral, sentimental, ministerial que estamos viviendo? O ¿de la comunión que estamos teniendo con nuestro Señor?
Si tu respuesta depende de la situación que estés viviendo, muy probablemente y de manera permanente tu estado de ánimo será de este tipo. A veces si, a veces no, a veces quizá, a veces si, a veces no, a veces quizá, a veces…
… y como consecuencia de esto serás de aquellas personas que son inconstantes en todos sus caminos. Ningún estado te sirve, todo te incomoda, con nada estas satisfecho, no duras mucho tiempo en ningún trabajo, no terminas las cosas que emprendes, no te sirve ningún tipo de relación, nada te satisface; y eso finalmente muestra la inconstancia en cada área de tu vida.
Si tu respuesta se basa en la segunda pregunta. Muy seguramente estarás de acuerdo conmigo en que no habrá lugar para la duda, la indecisión, el doble ánimo y por que no la mediocridad en cada cosa que haces.
En este día te animamos a no dar lugar al doble ánimo en tu propia vida. Enamórate del Señor cada día más, crece en sus caminos, conócelo, obedece lo que el te dice y permite que El tenga el Señorío de tu vida…
Si haces esto, te “salvarás” de caer en este no muy llamativo grupo de personas que nombra Santiago 1:8.
Nos vemos mañana,
Este pasaje, es de esos versículos que sin lugar a duda nos advierte sobre el peligro de las relaciones con personas de doble ánimo; o aún peor del peligro mayor cuando somos nosotros mismos los que pertenecemos a este grupo de individuos.
Pensémoslo por un instante… ¿Seremos tu y/o yo personas de doble ánimo? ¿Personas que de un momento a otro, en un instante, en un milisegundo; cambiamos de un estado de alegría y gozo incontenible, a otro de tristeza y depresión profunda?
¿De que depende nuestro ánimo? ¿De la situación económica, laboral, sentimental, ministerial que estamos viviendo? O ¿de la comunión que estamos teniendo con nuestro Señor?
Si tu respuesta depende de la situación que estés viviendo, muy probablemente y de manera permanente tu estado de ánimo será de este tipo. A veces si, a veces no, a veces quizá, a veces si, a veces no, a veces quizá, a veces…
… y como consecuencia de esto serás de aquellas personas que son inconstantes en todos sus caminos. Ningún estado te sirve, todo te incomoda, con nada estas satisfecho, no duras mucho tiempo en ningún trabajo, no terminas las cosas que emprendes, no te sirve ningún tipo de relación, nada te satisface; y eso finalmente muestra la inconstancia en cada área de tu vida.
Si tu respuesta se basa en la segunda pregunta. Muy seguramente estarás de acuerdo conmigo en que no habrá lugar para la duda, la indecisión, el doble ánimo y por que no la mediocridad en cada cosa que haces.
En este día te animamos a no dar lugar al doble ánimo en tu propia vida. Enamórate del Señor cada día más, crece en sus caminos, conócelo, obedece lo que el te dice y permite que El tenga el Señorío de tu vida…
Si haces esto, te “salvarás” de caer en este no muy llamativo grupo de personas que nombra Santiago 1:8.
Nos vemos mañana,
1 comentario:
Gracias!! Volvió el blog de Jovenes. :)
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