Uno de los grandes problemas personales que enfrentamos hoy en día los creyentes, es pensar y aún convencernos a nosotros mismos; del hecho de que siempre tenemos la razón. Por cierto, eso se llama orgullo.
Piénsalo por un instante. Esto es algo que sucede en todas las esferas de nuestra vida. No nos gusta que alguien contradiga lo que pensamos y decimos. Nos incomoda cuando alguien más no esta de acuerdo con nosotros. Quisiéramos que el resto del mundo se acomodara a nuestra manera de pensar y de ver las cosas.
Las entrañas se nos mueven al punto de querer explotar cuando alguien esta en desacuerdo con nosotros.
“Desafortunadamente” no siempre tenemos la razón. Tenemos que admitir nuestros errores y aun la forma equivocada en la que a veces pensamos y aún decimos las cosas.
Proverbios 3:5-8, nos enseña algunos aspectos claves frente a este tema tan delicado y que tanto daño le hace a nuestra sociedad (Familia, Iglesia, Trabajo, Etc.) hoy en día.
Léelo tu mismo…
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia Prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos… Proverbios 3:5-8.
Dos cosas entre otras más que nos enseña este pasaje:
1. Fíate de Jehová de TODO tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. En cada situación que vivas, reflexiona en lo que piensa Dios de dicha situación. Deja afuera tus intenciones, tus inclinaciones, tus puntos de vista, tus opiniones; y permítete a ti mismo ver la situación desde el punto de vista Divino. No te apoyes en tu propia prudencia y permite que Dios te muestre Su perspectiva de determinado asunto.
2. No seas sabio en tu propia opinión. Sin lugar a duda que buen consejo. No te convenzas a ti mismo de lo que tu propia razón te dice. En otras palabras no seas terco.
A veces nos cerramos a nuestras ideas y así el mundo entero vaya en contra de lo que solo nosotros creemos, seguimos convencidos de que seguimos teniendo la razón. Eso es ser necios. Ten sumo cuidado de ser sabio en tu propia opinión.
Oye la voz de tu pastor, de tus líderes, de tus papás, de tu esposo/a, de tu jefe, de tu compañero en la oficina. No siempre la verdad final se encuentra en nuestras opiniones. Tu opinión y la mía no es palabra de Dios, y por creer que esto es así nos ganamos problemas de toda índole que a la final vienen a ser innecesarios.
Y Tu… ¿CREES QUE SIEMPRE TIENES LA RAZÓN?
Nos Vemos Mañana,
Piénsalo por un instante. Esto es algo que sucede en todas las esferas de nuestra vida. No nos gusta que alguien contradiga lo que pensamos y decimos. Nos incomoda cuando alguien más no esta de acuerdo con nosotros. Quisiéramos que el resto del mundo se acomodara a nuestra manera de pensar y de ver las cosas.
Las entrañas se nos mueven al punto de querer explotar cuando alguien esta en desacuerdo con nosotros.
“Desafortunadamente” no siempre tenemos la razón. Tenemos que admitir nuestros errores y aun la forma equivocada en la que a veces pensamos y aún decimos las cosas.
Proverbios 3:5-8, nos enseña algunos aspectos claves frente a este tema tan delicado y que tanto daño le hace a nuestra sociedad (Familia, Iglesia, Trabajo, Etc.) hoy en día.
Léelo tu mismo…
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia Prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos… Proverbios 3:5-8.
Dos cosas entre otras más que nos enseña este pasaje:
1. Fíate de Jehová de TODO tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. En cada situación que vivas, reflexiona en lo que piensa Dios de dicha situación. Deja afuera tus intenciones, tus inclinaciones, tus puntos de vista, tus opiniones; y permítete a ti mismo ver la situación desde el punto de vista Divino. No te apoyes en tu propia prudencia y permite que Dios te muestre Su perspectiva de determinado asunto.
2. No seas sabio en tu propia opinión. Sin lugar a duda que buen consejo. No te convenzas a ti mismo de lo que tu propia razón te dice. En otras palabras no seas terco.
A veces nos cerramos a nuestras ideas y así el mundo entero vaya en contra de lo que solo nosotros creemos, seguimos convencidos de que seguimos teniendo la razón. Eso es ser necios. Ten sumo cuidado de ser sabio en tu propia opinión.
Oye la voz de tu pastor, de tus líderes, de tus papás, de tu esposo/a, de tu jefe, de tu compañero en la oficina. No siempre la verdad final se encuentra en nuestras opiniones. Tu opinión y la mía no es palabra de Dios, y por creer que esto es así nos ganamos problemas de toda índole que a la final vienen a ser innecesarios.
Y Tu… ¿CREES QUE SIEMPRE TIENES LA RAZÓN?
Nos Vemos Mañana,
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