Dios me permite
llegar a la entrada 260, son 5 años ininterrumpidos en donde Dios me ha
ragalado este espacio para meditar primeramente yo, y para trasmitir algo de lo
que ÉL me regala a este precioso grupo de jóvenes, en quienes veo el FUTURO de
nuestra Iglesia. Gracias a Dios por cada uno de ustedes los que están dispuestos
a SEGUIR a Dios y a OBEDECERLE en TODO, sean cuales sean las circunstancias.
Gracias a Dios por
su Palabra que me anima y reconforta, no puedo negar que me abaten las malas
noticias de la situación económica y las enfermedades, pero Dios me da voces de
aliento, invitándome a fijarme en Él, en las cosas que realmente son
importantes. Mi gozo debe estar puesto en las cosas eternas que han de venir y
en las coronas que recibiremos por nuestro trabajo incondicional para nuestro
Señor. Podría decir en una frase: “Nada de ABATIMIENTOS, solo ALABANZAS”. Veamos:
1 Como el ciervo
brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi
alma tiene sed de Dios, del Dios
vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días:
¿Dónde está tu Dios? 4 Me
acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje
hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en
fiesta. 5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en
Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios
mío. 6 Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por
tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de
Mizar. 7 Un abismo llama a
otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado
sobre mí. 8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de
noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. 9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has
olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del
enemigo? 10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? 11 ¿Por qué te abates, oh
alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. - Salmo
42:1-11
Algo de mi testimonio:
no es coincidencia que Dios ponga este pasaje ante mis ojos. Hace pocos años
pensaba que pasaba por el momento más difícil de mi vida por las mismas pruebas con nuestros hijos y
nietos, y Dios se glorificó sacándolos adelante en cada una de ellas.
Hace un par de años
pensaba que era el momento más difícil por la estrecha situación económica y
por el dengue que me mortificó por un buen tiempo, aun hay secuelas. Ha pasado
otro año, y Dios no nos ha abandonado. Ahora, nuevamente pienso que este si es
el momento más difícil, realmente mi alma está abatida, las pruebas son DURAS, no
solo en mi, sino en MUCHOS de mis hermanos en la fe. Pero Dios me recuerda que
debo mirar hacia atrás y ver lo que ÉL hizo con nuestros padres y como a pesar
de vivir situaciones aparentemente imposibles de sobreponer, Dios les dio la
fuerza, la sabiduría y el poder para poderse sobreponer.
Aunque no es nada
fácil el momento que vivimos, tal vez de los MÁS DUROS de nuestras vidas, debemos seguir esperando en
la misericordia de Dios. Si hombres como David, tuvieron que pasar por momentos
tan difíciles en su vida que los llevaron a escribir plegarias como esta, ¿
Quiénes somos nosotros para que no tengamos que pasar por situaciones similares
a ellos ?. La gran bendición que tenemos es el ejemplo de todos esos profetas
que vivieron antes de nosotros y a los cuales debemos imitar en su FE y en su
PACIENCIA. No debemos desfallecer en nuestra oración con un CORAZÓN PURO,
debemos seguir alabando a nuestro Dios y esperando que ÉL se manifieste
cuando lo considere necesario. Creo que yo más que nadie, NO tengo ningún
derecho de reclamarle algo a Dios, soy el más vil de los pecadores y es por
la PURA MISERICORDIA y el AMOR de Dios que no he sido destruido como me lo
mereciera. Lo cierto es que tengo un DIOS grande y misericordioso que me
perdonó y no me va a abandonar. No debo dejar que mi alma se abata y se turbe
dentro de mí.
Dios nos ha demostrado
durante toda la vida que sus ojos están puestos sobre nosotros, somos felices,
siempre, siempre, siempre hemos estado bien comparados con lo que viven muchos
a nuestro alrededor y en el mundo entero, aunque al mundo le parezca que
estamos en escasez por no tener una casa, o finca, o un carro, Dios siempre nos
ha prestado muy buenas casas, los mejores sitios, nos ha transportado sin
ampollarnos los pies, nos ha consentido, nos ha dado una muy linda familia,
hemos gozado de una salud aceptable, no hemos tenido grandes desgracias en la
familia, nada de penosas enfermedades o problemas con los hijos, nada de
discordias graves entre nosotros. Seríamos muy desagradecidos si le
reclamáramos más. De manera que no tenemos porqué abatirnos por las
dificultades, ya que aunque siempre han estado presentes, también Dios SIEMPRE
nos ha sacado de ellas, de manera que solamente nos queda ALABARLO, y esperar
en ÉL, Él es mi refugio, mi Dios, mi Señor, mi SALVACIÓN… ÉL es TODO para
mí.
Muchas cosas para
MEDITAR y poner en PRÁCTICA:
- Poner mi mira en Dios y desear fervorosamente estar ante su Presencia con manos limpias.
- Pensar y clamar por las multitud de almas perdidas, antes que por unos pesos que no me deben amargar
- Mirar hacia atrás para conocer la vida de los profetas, hombres abatidos por grandes sufrimientos
- Entender que tal vez vivo las consecuencias de mi pecado y que Dios ha sido más que misericordioso conmigo
- Considerar que segurísimamente Dios no me ha dado lo que realmente me merezco y esperar en ÉL sin angustiarme.
- Esperar en la misericordia de Dios, alabándolo siempre y orando sin cesar
- Entender que No tengo ningún derecho o justificación para reclamarle a Dios.
- Debo esperar confiadamente en ÉL aunque tenga que pasar por las más terribles humillaciones.
- No abatirnos ante ninguna dificultad
- Esperar siempre la respuesta del Señor
- Alabarlo siempre
- Entender que ÉL es mi Dios y mi SALVACIÓN
- Adelante, gozosos, el Señor no nos dejará ni nos desamparará.
Solo me queda decir: Mi alma
tiene SED de Dios
1. Por eso, debo anhelar
siempre la PRESENCIA de Dios (Vs 1-3)
2. Por eso, debo recordar a
cada momento sus grandes milagros en mi vida (Vs 4-6)
3. Por eso, debo tener
siempre presente sus grandes maravillas (Vs 7-8)
4. Por eso, no tengo derecho
para RECLAMARLE nada, solamente esperar en ÉL (Vs 9-11)
Dios me dice hoy: Nada de ABATIMIENTOS, solo alabanzas. Mi alma tiene
sed de DIOS. Es un consejo que viene de un Dios que conoce perfectamente nuestros
quebrantos, pero conoce también nuestro débil corazón y nuestros pensamientos y
que por lo tanto nos mantiene a la RAYA, a fin de que no vayamos a desbocarnos.
Me llama la atención ver la promesa que Dios nos hace a las almas
abatidas como la mía, que esperemos en ÉL.
Jovencitos,
los invito a aplicar esta enseñanza, dejando a un lado la AMARGURA y la falta
de gozo, y convenciéndonos de que lo que nos pasa es porque Dios así lo
decidió, porque quiere ser nuestro ALFARERO moldeándonos con sus preciosas
manos y Su infinita SABIDURÍA, y que NADA podemos hacer para cambiar la
situación. Por lo tanto debemos descansar en ÉL, y esperar pacientemente el pan
de cada día con la plena certeza de que no faltará. Sigamos adelante en esta
batalla por ganar las ALMAS de los hombres, pensando en tal vez que hace días que
NO ganamos un alma. ¿Qué estamos esperando?
Adelante:
TODO lo puedo en CRISTO que ME FORTALECE
Fabio
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