Nos acercamos al final del libro de Ezequiel, ha
sido un recorrido de más de cinco meses de la mano de este profeta mayor, vamos
a revisar lo concerniente al Trono de Dios en el siguiente pasaje.
Ezequiel
43:1-9
“Me llevó
luego a la puerta, a la puerta que mira
hacia el oriente; y he aquí la
gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su sonido era como el
sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. Y el
aspecto de lo que vi era como una visión, como aquella visión que vi cuando
vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto
al río Quebar; y me postré sobre mi rostro. Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba
al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que
la gloria de Jehová llenó la casa. Y oí uno que me hablaba desde la casa; y
un varón estaba junto a mí, y me dijo: Hijo
de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de
mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca
más profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus
fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares altos.
Porque poniendo ellos su umbral junto a mi umbral, y su contrafuerte junto a mi
contrafuerte, mediando sólo una pared entre mí y ellos, han contaminado mi
santo nombre con sus abominaciones que hicieron; por tanto, los consumí en mi
furor. Ahora arrojarán lejos de mí sus
fornicaciones, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de ellos
para siempre.”
Dios muestra a Ezequiel lo maravilloso de su
gloria y el establecimiento de su trono celestial en la tierra, con la promesa
de habitar entre los hijos de Israel para siempre, sin que nunca más exista
intento alguno de ser profanado y en la santidad de su pueblo.
Miremos las características de su trono a la
luz de la Biblia.
Salmos 45:6
“Tu
trono, oh Dios, es eterno y para
siempre;
Cetro de justicia es el cetro de tu reino.”
Salmos 103:19
“Jehová
estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.”
Isaías 66:1
“Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está
la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?”
Mateo 5:34
“Pero yo os
digo: No juréis en ninguna manera; ni por el
cielo, porque es el trono de Dios;”
Apocalipsis 4:2
“Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he
aquí, un trono establecido en el cielo,
y en el trono, uno sentado.”
Apocalipsis 20:11-15
“Y vi un
gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el
cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en
ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades
fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Jóvenes, somos el templo del Espíritu Santo de Dios,
debemos dignificar este templo qué el trono de Dios esté bien cimentado en nosotros,
alejemos el pecado de nuestra vida y permitamos que la gloria de Dios se manifieste
en nuestra existencia.
Abrazos.
. M .
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