Este
día el profeta mayor nos hablar sobre la muerte.
Ezequiel 24:15-18
“Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus
ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. Reprime el suspirar, no
hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus
pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados. Hablé al pueblo
por la mañana, y a la tarde murió mi
mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.”
Un
pasaje fuerte de la Biblia que nos narra la pérdida del ser más querido y
allegado, Dios quita a Ezequiel lo más preciado de su vida, su esposa, y aun
así, él demuestra sumisión y cumple con el servicio demandado.
Comprendamos
verdadero amor de un hombre por una mujer a la luz de la Palabra de Dios para
entender así la perdida de Ezequiel.
Génesis
24:67
“Y
la trajo Isaac a la tienda de su
madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer,
y la amó; y se consoló Isaac después
de la muerte de su madre.”
Génesis
29:20
“Así
sirvió Jacob por Raquel siete años;
y le parecieron como pocos días, porque
la amaba.”
Ester
2:17
“Y
el rey amó a Ester más que a todas las
otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que
todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina
en lugar de Vasti.”
Cantar
de los cantares 8:7
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre todos los bienes de su casa
por este amor,
De cierto lo menospreciarían.”
Efesios
5:28
“Así
también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.”
Así
como en caso de Ezequiel, Dios nos puede quitar lo qué más valoramos en la vida
y espera que sigamos adelante con el trabajo para su obra. Ezequiel se abstuvo
de endechar, llorar y hasta suspirar, no practicó el luto y continuó obedeciendo
la voluntad de Dios, cumpliendo su deber de hablar al pueblo, pasó esa la
página dolorosa de su vida y siguió adelante.
Tengamos
presente el siguiente versículo.
I
de Samuel 15:22
“Y
Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente
el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros.”
Jóvenes:
¿Cuál
es el deleite de nuestros ojos?
¿Un
hombre, una mujer, una posesión material, un trabajo?
Reflexionemos
sobre la posibilidad de perder ese deleite y sin embargo no se vea afectado el
servicio que nuestro Señor exige. En mi
caso he perdido a mi padre, a mi pequeño sobrino, mi cuerpo ha sido mutilado y
Dios me fortalece en esas carencias. De llegar a sufrir una pérdida de esta
envergadura sigamos adelante y que nada interrumpa consumar nuestras
obligaciones divinas.
Saludos sinceros a todos.
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