Hemos recibido toda
la Gracia de Dios, somos salvos por GRACIA, porque a Dios así le plació
hacerlo, ahora, como buenos administradores de esa gracia, debemos seguir las
pisadas de Aquel que nos amó y entregó su vida por nosotros.
1Puesto
que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues
quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2para no vivir el tiempo que resta en la
carne, conforme a las concupiscencias
de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 3Baste ya el tiempo pasado para haber
hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias,
embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 4A
éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo
desenfreno de disolución, y os ultrajan; 5pero ellos darán
cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6Porque
por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean
juzgados en carne según los hombres, pero vivan
en espíritu según Dios. 7Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
8Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor
cubrirá multitud de pecados. 9Hospedaos
los unos a los otros sin murmuraciones. 10Cada uno según el don que
ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios. 11Si
alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra,
ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de
los siglos. Amén. - I Pedro 4:1-11
Es indiscutible,
según nos enseña Dios, debemos armarnos de sus pensamientos, de su ejemplo, de
sus virtudes, de sus hábitos y terminar con esa vida de pecado que habita en
nosotros y dejar ya mismo atrás todo indicio de concupiscencia, luchando a
brazo partido, en intima oración y comunión con Dios contra aquellas cosas que
estorban nuestra íntima relación con Dios y que afectan nuestro testimonio ante
el mundo.
Es necesario dejar
ya mismo las lascivias (Deleites carnales), las concupiscencias (Deseo de
bienes terrenales), las embriagueces, las orgías, la disipación (Malgastar las
cosas-Regalos de navidad inútiles) y las abominables idolatrías. Todas estas
cosas ya deben pertenecer al pasado, el mundo debe darse cuenta de que ya no
andamos en ellas, y seguramente nos ultrajarán por ello y si así lo hacen,
dejémoslo en manos de Dios, es a ÉL a quien han de rendir cuenta por sus actos.
Nuestro deber con ellos es predicarles el Evangelio con toda claridad, y dejar
que sea Dios a través del Espíritu Santo el que actúe en ellos.
Dios a través de
Pedro nos sigue hablando de la importancia de vivir santamente, siendo buenos
administradores de la Gracia que Dios nos ha dado. Él nos advierte acerca de la
cercanía de los tiempos del fin y nos invita a ser sobrios y a velar en
oración, pero ENFATIZA en este pasaje sobre la importancia del AMOR,
diciéndonos que ante todo debemos tener entre nosotros FERVIENTE AMOR y nos
muestra que es el AMOR el que cubrirá multitud de pecados.
Es importante
entender que sólo amando al prójimo estaremos dispuestos a llevar el EVANGELIO
a toda criatura, cumpliendo la Gran Comisión y dejando así que Dios obre en los
corazones de MUCHA gente permitiendo que germine la palabra que Dios nos
permita plantar. Es necesario sentir DOLOR por las almas de los hombres.
Nuestros comportamientos deben cambiar YA mismo en muchos aspectos, en el
hospedarnos unos a otros sin murmurar nada, en ministrar sabiamente esos dones
que Dios nos ha dado, en hablar conforme a las palabras de Dios, en ministrar
conforme al poder que Dios nos da, a fin de que en TODO, en TODO, Dios sea
glorificado por Jesucristo a quien pertenece la gloria y el imperio por la
eternidad.
Muchas cosas para
poner en práctica YA MISMO, y más en esta época tan propicia:
- Armarnos de los pensamientos de Cristo
- No vivir de acuerdo a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la Voluntad de Dios
- Dejar atrás todo indicio de pecado (Vida pasada) : Las lascivias (Deleites carnales), las concupiscencias (Deseo de bienes terrenales), las embriagueces, las orgías, la disipación (Malgastar las cosas) y las abominables idolatrías.
- No parecernos al mundo aunque a ellos les parezca extraño y nos critiquen
- Predicar el Evangelio primeramente con nuestro testimonio y luego con nuestras bocas
- Entender la cercanía del fin y orar por aquellos que aún no llegan a Cristo
- Ante todo debemos tener entre nosotros ferviente amor
- Entender que solo amando al prójimo podremos llevarles el Evangelio
- Tener claro que a través del oír, viene la FE y a través de la FE viene la Salvación.
- Solo amando y llevando el Evangelio lograremos que Dios arranque de las garras del pecado y del infierno a mucha gente.
- Ser buenos hospedadores
- Usar sabiamente los dones que Dios nos ha dado para el bien de los demás.
- Hablar conforme a las palabras de Dios
- Ministrar conforme al poder de Dios
- GLORIFICAR a Dios en TODO
Seamos buenos administradores
de la GRACIA de Dios
1. En Jesús tenemos un EJEMPLO incomparable,
debemos imitarlo (Vs 1-2)
2. La vida vieja debe quedar atrás, debe avergonzarnos
(Vs 3-6)
3. Tenemos una NUEVA VIDA la cual debe
reflejar todas las VIRTUDES de Cristo a través de NUESTRO MINISTERIO (Vs 7-11)
Dios,
finalizando el 2017 nos recuerda que debemos ser buenos administradores de la
gracia de Dios. Es una enseñanza que viene de un Dios OMNIPRESENTE para quien
1000 años son como un día y que solo ÉL conoce cuándo vendrá, pero nos advierte
que es YA muy pronto y nos invita a ser sobrios y velar en oración, amando las
almas de los hombres y contándoles de Cristo.
Como siempre lo digo, ME IMPACTA ver la forma como Dios nos advierte
acerca de los tiempos del Fin y las tres cosas que hay que hacer: Sobriedad,
SANTIDAD, Oración y AMOR por las almas, testimonio intachable, servicio eficaz,
buscando siempre GLORIFICARLO a ÉL.
Hagámonos ya el propósito de aplicarlo, cumpliendo con nuestra obligación de predicar el Evangelio,
cada vez con más claridad, a fin de que Dios quite el velo de aquellos que han
de ser salvos. Pero para eso, debemos despojarme de TODO peso de pecado y
VESTIRNOS de todas la VIRTUDES y HABITOS de Jesús a fin de que nuestra vida sea
un reflejo de la LUZ DE CRISTO. Teniendo siempre en mente que todo lo que hagamos
debe ser fruto de la Palabra de Dios obrando en nuestra vida como resultado de
una buena oración y con el único anhelo de GLORIFICARLO a ÉL.
Nos vemos el próximo domingo, si Dios lo
permite
Fabio
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