viernes, 11 de agosto de 2017

MUERTOS AL PECADO


Si realmente hemos muerto con Cristo, el pecado no tiene por qué reinar en nuestra vida, jamás debe ser algo sobresaliente en nuestras vidas, jamás deberemos ser esclavos de él, obedeciéndoles permanentemente.

8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. - Romanos 6:8-14

Pablo nos recuerda hoy nuevamente que no debemos dar cabida al pecado en nuestras vidas, debemos alejarnos, huir de la tentación, para no presentar nuestros miembros al pecado  como instrumentos de iniquidad. Antes, por el contrario, debemos presentarnos a Dios como vivos de entre los muertos y nuestros miembros a Dios como instrumentos de Justicia.

Si realmente queremos ser una Iglesia Misionera el AMOR, la SANTIDAD y la VERDAD debe reflejarse en nuestro estilo de vida, sin hipocresías, sin tapujos de ninguna clase.

Debemos estar siempre dispuestos a presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, es lo menos que podemos hacer después de lo que Cristo hizo en la CRUZ por cada uno de nosotros. Si queremos ser sus testigos, debemos empezar por mantener un testimonio intachable, totalmente alejados del pecado, de tal manera que la gente vea a Cristo en nosotros.

Jesucristo ha pagado el precio de nuestro pecado en la cruz del calvario, por tanto, debemos avergonzarnos de volver a caer, el pecado no tiene cabida en nuestras vidas, debemos disfrutar plenamente de la gracia de Dios a través de Jesucristo, y ser agradecidos, llevando ante todo una vida Santa que testifique de la obra que Cristo ha hecho en nosotros.

Ojalá que entendamos que si la gente nos rechaza es porque NO ve a Cristo en nosotros y si acepta el mensaje, es porque realmente estamos mostrando a Cristo en nuestras vidas. 

Muchas cosas para recordar y VIVIR:
  • Considerarnos muertos al pecado. Pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro
  • El pecado jamás puede reinar en la vida de un creyente.
  • No debemos ni medio escuchar a la tentación.
  • Jamás debemos permitir que nuestro cuerpo y nuestros miembros sean instrumentos de pecado
  • Nuestros cuerpos ahora deben ser instrumentos de justicia, hechos para proclamar la justicia de Dios.
  • El pecado no debe enseñorearse de nosotros
  • Debemos disfrutar de la gracia del perdón y ser agradecidos
  • Nuestro deber es testificar de la Obra de Cristo a través de un testimonio intachable


En tres palabras podemos resumirlo así: “Muertos al pecado”

1. Si realmente hemos muerto con Cristo, debemos entender y VIVIR nuestra vida en ÉL (Vs 8-10)
2. Si realmente hemos muerto con Cristo, el pecado no tiene cabida en nuestros cuerpos mortales  (Vs 11-12)
3. Si realmente hemos muerto con Cristo, todos nuestros miembros deben andar en SANTIDAD, disfrutando de la gracia de Dios (Vs 13-14)

Estamos muertos, muertos al pecado. Es algo que nos recuerda un Dios ante quien tenemos que presentar cuentas por habernos resucitado espiritualmente. Un Dios que es Santo que nos pedirá cuentas por lo bueno o malo que hayamos hecho después de nuestra salvación.

Debe llamarnos la atención ver la forma como Dios nos muestra que SI es posible tener victoria sobre el pecado, no dejando que se enseñoreé de nosotros, acudiendo a la gracia de Dios.

Jóvenes, apliquémoslo luchando a muerte contra el pecado, pensando y meditando antes de actuar, guardando muy bien nuestras palabras, cuidando nuestros ojos y nuestra mente,  y reflexionando, poniendo en manos de Dios cada situación que tengamos que vivir. No dejando de preguntarnos: ¿Y Jesús que haría?

Nos vemos nuevamente este viernes a las 7 pm, el sábado a las 9 am y el domingo a las 10 am como siempre.


Fabio

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