Esta
semana seguiremos inmersos en esos principios de sabiduría práctica que Dios
nos legó, el tema principal de esta entrada se relaciona con una forma de garantía
personal de pago que damos a otras personas conocida como fianza, que opera cuando
nos comprometemos a responder por una obligación ajena, si el deudor principal
no la cumple, así como a sufragar la deuda, los intereses, y las costas del
cobro.
Dios
trata este asunto en el siguiente pasaje.
Proverbios 6:1-5
“Hijo
mío, si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a un extraño,
Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has
quedado preso en los dichos de tus
labios.
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que
has caído en la mano de tu prójimo;
Ve,
humíllate, y asegúrate de tu amigo.
No des
sueño a tus ojos,
Ni a
tus párpados adormecimiento;
Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos.”
Nuestro
Creador como un Padre amoroso que conoce nuestras vidas, nos habla como hijos y
nos indica qué, si hemos llegado a ser garantes de una obligación ajena,
busquemos la manera de romper ese compromiso que va derivar en intranquilidad y
problemas jurídicos.
La regla general es no ser fiador
Dios es
claro y ordena que no nos comprometamos en este tipo de acuerdos, y establece
que podemos llegar a perder nuestras posesiones para pagar las deudas de otros.
Proverbios
22:26-27
“No seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que salen por fiadores de deudas.
Si no
tuvieres para pagar,
¿Por
qué han de quitar tu cama de debajo de
ti?”
La aflicción de fiar
El
Padre celestial sabe que si nos alejamos de ese tipo de contratos evitaremos molestias
internas y externas.
Proverbios
11:15
“Con
ansiedad será afligido el que sale por
fiador de un extraño;
Mas el que aborreciere las fianzas vivirá
seguro.”
Confiando en la sabiduría práctica de Dios
El
Señor establece una relación proporcional entre el entendimiento y este tipo de
compromisos, a mayor entendimiento menos fianza y viceversa.
Proverbios
17:18
“El hombre falto de entendimiento presta fianzas,
Y sale por fiador en presencia de su amigo.”
Jóvenes,
la Biblia es un manual de vida, Dios también es un asesor en negocios y sabe
que ese tipo de contratos nos pueden traer graves problemas. El mandato
principal es el de no ser fiadores y si llegamos a serlo que nos libremos de la
fianza, para no estar bajo el poder de otro. En nuestro caso personal sufrimos
este problema, oremos para que esa liberación se dé y no volver a caer en ese
lazo.
Nos
encontramos esta tarde, un abrazo fuerte.
MAC
1 comentario:
=)
Gracias, muy práctico !
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