viernes, 6 de mayo de 2016

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO


Dios siempre está dispuesto a escucharnos siempre y cuando lo invoquemos con un corazón limpio. Muchas veces pedimos y esperamos a que Dios nos responda, pero no somos conscientes de nuestras faltas y de las consecuencias de esos pecados. En el libro de Isaías Dios nos recuerda la confesión del pecado de Israel, un pasaje de mucha aplicación para nosotros. Veamos:

1He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 2pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. 3Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua. 4No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad. 5Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras. 6Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos. 7Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. 8No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz. - Isaías 59:1-8

Debemos ser conscientes de que cada vez que pecamos estamos rompiendo el canal de comunicación con Dios, se rompe esa intimidad y como consecuencia de ellos, cuando clamamos a Dios, el oculta de nosotros su rostro para no oír, es decir, nuestras oraciones son infructuosas. De ahí la importancia de permanecer limpios, y si pecamos, inmediatamente hay que arreglar el asunto con el ofendido y con Dios, a fin de restaurar esa intima comunión y restablecer ese canal de comunicación, para que de esta manera nuestras oraciones lleguen a ÉL.

Lamentablemente creemos que estamos bien, pero hay pecado, muchas veces por matar al no compartir el Evangelio, otras veces por la mentira o por hablar más de la cuenta, otros veces por nuestro orgullo y vanidad. Tal vez sin darnos cuenta OFENDEMOS y seguimos pensando que TODO está bien. Es necesario concientizarnos más de nuestro pecado y CLAMAR la ayuda de Dios para combatirlos. Por lo menos es el caso MIO.

Es muy lamentable la situación que vive nuestra Colombia, destruyéndose por la corrupción, la violencia  y los desastres naturales, estoy convencido de que no es por casualidad, es la mano de Dios puesta sobre un pueblo pecador, corrupto, alejado de Dios, idólatra, fornicario, adúltero, defensa del “matrimonio” entre personas del mismo sexo, cada cual velando por lo suyo, corrupción por todas partes, muchas injusticias a todo nivel, y por ESO, es que la mano de Dios está ahí, por eso no vemos la paz. Mientras no seamos conscientes de ese estado putrefacto, y haya un arrepentimiento genuino, no podemos esperar la paz y las bendiciones de Dios.  

Hay MUCHAS enseñanzas para recordar y aplicar en este pasaje, veamos algunas:

  • Confiar en que si tenemos un corazón LIMPIO, Dios nos va a escuchar
  • Entender que nuestro pecado nos separa de Dios
  • Ser conscientes de que si estamos en pecado, Dios oculta su rostro para no oír
  • Si pecamos, inmediatamente debemos reconocerlo y pedirle a Dios que nos limpie y que nos perdone.
  • Muchas veces pecamos por callar el Evangelio y dejamos que muchas almas vayan al infierno.
  • No debemos dejar que nuestra lengua siga haciendo MALDADES, es mejor callar antes que echar más leña al fuego
  • Debemos cuidarnos para andar siempre en LA VERDAD
  • No concebir ningún tipo de MALDAD. Pensar siempre en ser canales de BENDICIÓN. 
  • Lamentarnos y arrepentirnos de tanta forma de pecado, casi toda presente en nuestro país y en el mundo.
  • Arrepentirnos de tanta mediocridad y porquería si realmente queremos caminos de paz y de prosperidad.


En tres puntos podríamos resumir así lo que Dios nos quiere recordar hoy:

1. Dios no escucha al pecador (Vs 1-2)
2. Hay manos manchadas de sangre, lenguas venenosas, injusticias, orgullo, maldad… (Vs 3-4)
3. Una radiografía del mundo actual y sus (Vs 5-8)

Dios nos ha mostrado hoy consecuencias del pecado (Una radiografía de Colombia y del Mundo), y que  mientras estemos en pecado, consciente o inconscientemente, nuestras peticiones no llegarán a Dios y nuestro país  y el mundo entero seguirán hacia la destrucción total por la inmoralidad.

Recordemos que tenemos un Dios que siempre está presto a tendernos su mano, siempre y cuando nuestro corazón esté limpio de pecado. Un Dios que CASTIGA severamente al pecador y que mientras no haya arrepentimiento, no podremos esperar nada bueno de ÉL, porque es un Dios JUSTO.

Me impacta recordar que muchas veces, sin darnos cuenta encontramos que nuestras vidas están llenas de pecado: Por callar y no compartir el Evangelio, por hablar maldad, por no ser justos, por andar juzgando a los demás, por vanidades y muchas cosas más. Lo más importante, entender que la situación de destrucción que vive nuestro país y el mundo en general, es consecuencia de tanta podredumbre, pecado y corrupción, la cual gobierna al mundo entero.

Apliquemos esta enseñanza examinándonos a cada momento, en cada una de nuestras miradas, de nuestras palabras y de nuestras actitudes, midiéndolas con la vara de la Palabra de Dios, a fin de tener una conciencia limpia y la certeza de que Dios nos escuchará. Hablar del pecado del hombre sin avergonzarnos para nada, pase lo que pase. No debemos comulgar con las obras infructuosas de las tinieblas.

No encontramos nuevamente el fin de semana, si Dios lo permite


Fabio

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