Apreciado joven,
hoy te quiero invitar a leer y REFLEXIONAR sobre uno de los pasajes más
impactantes en cuanto al PODER Y LA
GRANDEZA DE DIOS. Te pido que leas en tu propia Biblia este texto: Isaías
40:21-31
Si realmente os haz
hecho de corazón y meditando profundamente en cada idea, vas a encontrar por lo
menos 4 cosas bien importantes para entender acerca del GRAN DIOS que
tenemos.
1. Los ojos de Dios están sobre cada detalle (Vs 21-22)
21¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio?
¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22El está sentado sobre el círculo de la tierra,
cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los
despliega como una tienda para morar.
Realmente somos muy
poca cosa ante el PODER de Dios, su grandeza, su poder, su amor, todas sus
cualidades son indescriptibles. La grandeza de SU CREACIÓN no tiene límites, y
es inimaginable la belleza de todo lo que ÉL ha hecho con sus propias manos.
Podríamos escribir cientos, o tal vez miles de tratados mostrando todos los
detalles de su obra. Cada vez que veo un frondoso árbol simplemente pienso:
¿Cómo hará Dios para alimentar la última hojita de cada ramificación? Y
realmente no hallo respuesta, me parece imposible, pero es real.
2. Él puede hacer y deshacer lo que
quiera (Vs 23-24)
23El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra
hace como cosa vana. 24Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido
sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto
como sopla en ellos se secan, y el
torbellino los lleva como hojarasca.
No debe
sorprendernos cualquier evento que suceda sobre la tierra, ÉL puede hacer lo
que menos nos imaginamos. Estamos viendo ya mismo como su mano poderosa es
capaz de destruir a los imperios más poderosos y tecnificados, el país que sea.
Si no la ha hecho de una, es tal vez, por pura misericordia, esperando que
pongan sus ojos en ÉL. Un simple soplo suyo es capaz de causar estragos
inimaginables, lo estamos viendo en el mundo entero y aún muy cerca de
nosotros, en nuestro país.
3. Su poder y sabiduría son incomparables (Vs 25-26)
25¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.
26Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca
y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la
grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.
A pesar de todo, el
hombre sigue entregado al pecado a la corrupción, a toda clase de actos
vergonzosos. Hoy el mundo entero está peor que Sodoma y Gomorra. Nosotros como
creyentes tenemos la gran responsabilidad de pregonar a los 4 vientos lo que ya
Dios nos ha enseñado, debemos combatir la idolatría y todo acto de bajeza de
los que están a nuestro alrededor. Dios no se puede comparar con NADA de lo que
el ser humano conoce, Él es Espíritu y no puede caber en la mente del hombre. Á
ÉL, a nuestro Amado Dios, al Rey del universo, es a quien tenemos que levantar
nuestros Ojos, a ÉL es a quien debemos recurrir, a quien debemos clamar. A Dios
no podemos esconderle absolutamente NADA.
4. En Él podemos depositar TODA nuestra confianza para
obtener la victoria (Vs 27-31)
27¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido
de Jehová, y de mí Dios pasó mi juicio? 28¿No has sabido, no has
oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No
desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo
alcance. 29El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al
que no tiene ningunas. 30Los muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes flaquean y caen; 31pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Es indescriptible
la grandeza y el poder de Dios, no podemos llegar ni a imaginárnoslo, Él ha
sido siempre el mismo, permanece inmutable a través de los siglos, desde la
eternidad y hasta la eternidad. Y a pesar de ser lo que es, podemos contar con
ÉL incondicionalmente, ÉL está listo para darnos fuerzas cuando tratamos de
desfallecer, y aún multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna.
Realmente
sobrevivimos y nos sostenemos gracias a su Grandeza, a su Poder, a su AMOR, a
su TERNURA y sobre todo a su PACIENCIA, ya que siendo lo que somos, ÉL se
mantiene firme en tendernos su mano y sustentarnos en medio de tantas
dificultades. En la carne no podremos lograr absolutamente nada, solamente
poniendo nuestra MIRA en Dios, podremos recobrar nuestras fuerzas y seguir
adelante cumpliendo con la MISIÓN que Dios nos ha dado. Si vamos tomados de Su
Mano, no debemos desfallecer nunca, ÉL nos promete la VICTORIA… y ASÍ será.
¡ Gracias Dios mío por ser
como eres !
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