Con la muerte de Josué se
dio una transición de guerras territoriales y posteriormente el paso al periodo
en que la dirección de Israel estuvo en manos de los jueces, miremos lo que nos
dice la palabra de Dios al respecto en Jueces
10:18-19: “Y cuando Jehová les
levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de
mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido
a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas
acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían
más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose
delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.”
La importante tarea de juzgar
Quince fueron los jueces antes del reinado de Saúl,
levantados por Dios para gobernar a su pueblo.
1.
Otoniel.
2.
Aod.
3.
Samgar.
4.
Débora.
5.
Gedeón.
6.
Abimelec.
7.
Tola.
8.
Jair.
9.
Jefté.
10.
Ibzán.
11.
Elón.
12.
Abdóm.
13.
Sansón.
14.
Elí.
15.
Samuel.
La labor de juzgar la encabezó
por primera vez Moisés como se narra en Éxodo 18:13: “Aconteció que al
día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el
pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.”, después fue
delegada a otros hombres como se establece en Deuteronomio 1:16: “Y
entonces mandé a vuestros jueces,
diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre
el hombre y su hermano, y el extranjero.”, todo por la mano de Dios acorde con Deuteronomio
16:18: “Jueces y oficiales pondrás en
todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán
al pueblo con justo juicio.”
El pueblo se comportaba correctamente en presencia del juez
Como vimos en el
versículo 18, el pueblo de Israel en medio de la opresión y la aflicción, era
librado de mano de los enemigos por parte de Dios todo el tiempo que aquel juez
permanecía en su cargo se comportaba aceptablemente.
Es importante siempre
tener claro que una figura de autoridad (pastor, líder, padre, jefe, etc.)
puede influir para que cada uno de nosotros actúe conforme a la voluntad de
Dios, sin embargo nuestra obediencia y desempeño debe nacer de nuestra
dependencia y sumisión a nuestro Señor Jesucristo.
Cuando el juez no estaba el pueblo volvía atrás
En el versículo 19, podemos
ver que ante la ausencia del juez el pueblo de Israel que reincidía y volvía
atrás, resalta la palabra obstinado que no es otra cosa que la insistencia y terquedad del error.
Como esbozamos
anteriormente nuestra obediencia y desempeño para la obra del Señor no debe
nacer de ninguna figura de autoridad y depende de nuestra sumisión y relación
directa con Dios.
Recordemos nuestro primer
amor por Dios y nunca lo dejemos posibilidad que se muestra en Apocalipsis
2:4: “Pero tengo contra ti, que
has dejado tu primer amor.”, entendiendo que retroceder es volver a la esclavitud del
pecado como se contempla en Gálatas 4:8-9: “Ciertamente, en otro tiempo,
no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; más
ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres
rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?”, y es una actitud que desagrada al Señor como se establece
en Hebreos 10:38: “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.”, y es desaprobado para el
ministerio según Lucas 9:62: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto
para el reino de Dios.”
Jóvenes, la autoridad en
la tierra depende del Señor, sin embargo nuestro andar en Cristo debe depender
de nuestra relación íntima con él y si en algún momento la autoridad dejare de
existir nuestro comportamiento debe seguir siendo el mismo, agradable para Dios
sin que nunca volvamos atrás y nos dejemos seducir por la tentación del pecado.
2 comentarios:
=)
No volver atrás.
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