Nunca debemos dejar
de bendecir el Nombre de Dios y todas sus maravillas. Todo el mundo debe
conocer de ÉL. No debo avergonzarme. Estoy seguro de que prontamente, y aún ya
mismo puedo testificar de las GRANDES cosas que Dios hace en nuestras vidas.
Hay una preciosa
porción en los Salmos que nos permite apropiarnos de las PROMESAS de protección
de parte de Dios.
1 Bendeciré a Jehová
en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. 2 En
Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. 3
Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre. 4 Busqué
a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. 5 Los que
miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. 6
Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias. 7
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. 8
Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él. 9 Temed a Jehová,
vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen. 10 Los
leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán
falta de ningún bien. 11 Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os
enseñaré.12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos
días para ver el bien? 13 Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de
hablar engaño. 14 Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y
síguela. Salmo
34:1-14
Podemos aprender
hoy que cuando lo buscamos de corazón, con unas vidas limpias, ÉL nos escucha y
nos libra de todos nuestros temores. Si miramos a Él, buscando su rostro, en
plena santidad, recibiremos esa luz que alumbra nuestros caminos y no seremos
avergonzados. La promesa de Dios para los pobres, es que cuando lo buscamos en
plena santidad, ÉL nos oye y nos libra de TODAS nuestras angustias. La solución
está en nuestras manos, en lo que se refiere a nuestra Santidad, es una
decisión que debemos tomar con la plena certeza de que Dios nos ayuda, porque
esa es Su Voluntad. Y si nos santificamos, de ÉL podemos esperar todas sus
promesas.
Realmente no hay
justificación para vivir asustados y temerosos viendo las promesas tan grandes
que Dios nos hace, entendiendo que Dios está alrededor de los que le tememos y
que siempre nos defiende. Dios espera que descarguemos en ÉL toda nuestra
confianza para que podamos comprender todo lo que ÉL puede hacer por nosotros.
Dios me promete que cuando le temo a ÉL, y le obedezco en todo, NADA me va a
faltar
Dios nos promete
que a diferencia de cualquier criatura, los hombres, cuando lo buscamos a ÉL de
corazón no tendremos falta de ningún bien. Lamentablemente nuestra mediocridad
y pecado a veces nos lleva al enfriamiento y a perder la fe, pero Dios es fiel
y nos promete que si lo buscamos, ÉL nos cuidará y nada nos faltará. Dios nos
invita a temerle a Él, a buscar una buena vida guardando nuestra lengua del mal
y del engaño, a buscar la paz y seguirla. Dios está mirando todos los días cada
cosa que hacemos, y si actuamos en santidad y con justicia, ÉL nos promete que
nos oirá y nos librará de todas las angustias.
Que
gratificante es saber que tenemos un Dios que nos escucha, que nos protege y
que nos bendice momento a momento, un Dios que lucha por nosotros las batallas
y nos da victoria, un Dios que está a mi lado y me defiende en cualquier
adversidad, en fin, un verdadero PADRE, un verdadero amigo.
Que gratificante es poder ver la
confianza que Dios nos infunde de una manera tan clara, si depositamos toda nuestra
FE y mi esperanza en ÉL, y si le agradamos, haciendo cada cosa de acuerdo a su
voluntad, obedeciéndoles en todo, llevando una vida de SANTIDAD.
Que
gratificante es saber que debo examinarme momento a momento, agradándole en
todo, teniendo dominio propio para comportarme santamente a fin de agradarle
siempre para así poder recurrir a ÉL con la plena certeza de que NADA nos
faltará. Desechando de mi vida cualquier forma de pecado.
La protección y provisión de Dios para sus hijos en
tiempos de necesidad
es una promesa
1 comentario:
Buen consejo
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