Hay un
rasgo en la personalidad que la mayoría padecemos en alguna medida y es el
opinar con altivez acerca de la vida de los demás o de las circunstancias que
nos rodean.
No hablo
de la imprudencia y tampoco se podría encasillar en el juzgar a los demás
porque en algunos casos esa no es la intención.
Cualquiera
puede notarlo, se trata de aquellos que sin haberle pedido su opinión se
entrometen en la vida de los demás de acuerdo a su propia “sabia experiencia”.
Un ejemplo
muy común es cuando alguien va a viajar a algún lugar y en mayor medida cuando
los padres tienen a su primer hijo. Todo el mundo quiere opinar!!
En La Palabra
de Dios la piadosa madre del profeta Samuel debió sufrir los efectos fastidiosos
de éste mal, ya que en su famoso cántico de gratitud al Señor ella incluye su sentir en un versículo que me
impactó:
“No multipliquéis palabras
de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque
el Dios de todo saber es Jehová, y a el toca pesar las acciones” 1 Samuel 2:3
En
palabras muy actuales “No te creas tan sabelotodo, el único que lo sabe todo es
Dios”
Reflexionemos:
utilizo palabras de grandeza para referirme a mis logros y querer mostrarme a
los demás?
Utilizo
palabras de altanería para tratar a los demás como si sus experiencias fueran
poca cosa?
Utilizo
palabras arrogantes para medir el comportamiento o las decisiones de los otros
sin conocer siquiera el contexto o las intenciones del corazón?
Cuidémonos
de pecar con nuestra boca y hacer sentir mal a los demás con palabras y
comentarios desafortunados que hacen que nuestras relaciones entra amigos,
familiares y hermanos en la fe, se deterioren muchas veces sin reversa.
Sigamos
el consejo de Ana, la mamá de Samuel, no multipliquemos palabras de grandeza y
altanería, que cesen las palabras arrogantes de nuestra boca. El Dios de todo
saber SOLO ES DIOS!!
La
prepotencia nos hace vernos fuertes ante los demás por un momento , pero la humildad
nos hace fuertes para Dios toda la vida.
1 comentario:
Muy buena enseñanza... Ojalá la pongamos en práctica
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